Alrededor de tres años se ha postergado la aplicación de la denominada tercera placa en Quito, que es un dispositivo electrónico o un chip instalado en cada uno de los vehículos públicos y privados dentro del Distrito Metropolitano.

Contendría el número de placa y el tipo de vehículo. Sería una especie de adhesivo sin contacto y a través de teléfonos celulares, por ejemplo.

Su implementación sería en 2024 en la gestión de Pabel Muñoz, alcalde de Quito, pero ya en la administración del exalcalde Jorge Yunda se lo planteó.

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La tercera placa estaría asociada a unas reformas que se harían con el tiempo al Pico y Placa, dijo Muñoz, este lunes.

Agregó que el chip ayudaría a hacer una gestión más inteligente del tránsito y se combatiría la corrupción.

El Pico y Placa es una restricción vehicular que se la aplica de lunes a viernes tomando en cuenta el último dígito de la placa del automotor entre 06:00 hasta las 09:30 y en la tarde desde las 16:00 hasta las 20:00.

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En un video de la Secretaría de Movilidad de la época, Yunda presentó el denominado Plan Orquestador de la Movilidad, que era un sistema que incluía inteligencia artificial, big data y otros, alrededor de tres ejes: seguridad vial, movilidad inteligente y sostenibilidad.

La tercera placa formaba parte del primer eje, seguridad vial.

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Ese eje permitiría identificar el flujo de tráfico, monitoreo de la movilidad en tiempo real, gestión de incidencias, información de obras en la vía, conteo de bicicletas y calidad del aire.

Con el dispositivo de identificación vehicular, tercera placa, se planteaba monitorear constantemente la revisión técnica vehicular vencida, estacionamiento en lugares prohibidos, fotomultas, restricciones de circulación.

Movilidad inteligente se refería a temas de uso de transporte público y en sostenibilidad se mencionaba su utilización en el tiempo.

Así funcionaría tercera placa en Quito para gestionar el tránsito vehicular

Algunos de los recursos tecnológicos por usar eran radares, fotomultas, bodycams, drones, lectores, contadores de bicicletas y peatones, semaforización inteligente, sensores de calidad de aire.

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Guillermo Abad, quien fue secretario de Movilidad, indicó que la pandemia del coronavirus detuvo la aplicación de la iniciativa en primera instancia en 2020 y luego aspectos políticos que terminaron con esa administración municipal.

Abad indicó que la tercera placa es una etiqueta con un sistema de radiofrecuencia que puede ser leído por diferentes lectores distribuidos en la ciudad. Ello, agregó, permite determinar el origen y destino de cada vehículo, sea de transporte público, comercial o particular.

Sirve además para identificar a automóviles robados, que no estén matriculados o que no hayan pasado la revisión técnica vehicular.

La tercera placa, señaló, podría ser uno de los tantos beneficios que genera el plan orquestador a fin de sincronizar los semáforos, como instruir a los agentes civiles de tránsito a través de bodycams si se diera, por ejemplo, una congestión o un siniestro de tránsito.

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Abad indicó que se lo iba a implementar a través de una alianza público-privada, porque el Municipio no tenía la capacidad económica.

Muñoz dejó entrever que también se podría dar la oportunidad para que por un acto emergente se pueda habilitar el Pico y Placa en un día de restricción vehicular, pero con un pago. (I)