Las condiciones del fenómeno de El Niño han entrado en un estado de declinamiento, mientras en Ecuador continúa el desarrollo regular de la época lluviosa.

Hace seis meses aproximadamente se observaban las perspectivas del desarrollo del fenómeno de El Niño con una configuración de moderada a fuerte, sin embargo, aquello se ha ido actualizando hasta disminuir su categorización entre moderada y débil.

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Dentro de estos análisis se toman en consideración variables atmosféricas y oceanográficas. Entre esas repercute la disminución de anomalías de la temperatura superficial del mar.

En el último informe del Comité Ecuatoriano del Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen), publicado el 7 de marzo anterior, se detalló que en las anomalías de temperatura superficial del mar en las regiones Niño 1+2 (Pacífico Ecuatorial Oriental), cerca a las costas ecuatoriales, y Niño 3.4 (Pacífico Ecuatorial Central), a unos 8.000 kilómetros de las costas del país, fueron 0,9 y 1,3 °C, respectivamente. Una semana antes eran de 0,7 °C y 1,5 °C, en ese orden.

Durante febrero e inicios de marzo la temperatura superficial del mar en la costa continental e insular estuvo 2 °C sobre su valor normal, sin embargo, disminuyó levemente en la primera semana de marzo.

“A pesar de que no son condiciones alarmantes o fuertes están teniendo incorporación de cierta energía que pasa hacia los sistemas atmosféricos y es parte de uno de los componentes de esta estación lluviosa que estamos recibiendo en el país”, dijo el director del Erfen y director del Instituto Oceanográfico de la Armada, Carlos Perugachi, en una reciente entrevista digital.

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Asimismo, el Erfen refirió que respecto a la estructura térmica subsuperficial se evidenciaron anomalías positivas en los primeros 100 metros de profundidad.

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En Ecuador, con base en el Índice Ecuatoriano del Fenómeno El Niño (Iefen), se mantiene el estado de El Niño activo, así como la alerta naranja.

Basado en el boletín del Erfen, en el que se habla del fenómeno de El Niño en su fase de decaimiento, Carlos Naranjo, analista del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explicó que la temperatura de la superficie del mar, uno de los factores que motivan la presencia del fenómeno, ya no está tan elevada como en meses anteriores y va retornando a sus valores que están alrededor de lo normal o estarían en una categoría neutra.

Referente a la típica época lluviosa que ha tenido repercusión de este fenómeno, Naranjo expuso que este mes se espera que se presenten rangos de lluvias dentro de lo normal o por sobre el promedio.

Sin embargo, hasta el 10 de este mes se dio apenas la caída de 22,9 milímetros de agua, que representa el 7,3 % del promedio regular de 315,8 mm en el mes.

En este mes se han presentado precipitaciones cortas de 20 a 30 minutos (chubascos) con capacidad de generar o dejar charcos de agua.

Sobre estas lluvias, él explicó que hace una semana hubo el ingreso de una masa de aire fría y seca que impide que haya convección profunda, es decir, que no haya suficiente humedad en los niveles altos de la atmósfera a 5.000, 10.000 metros de altura y consecuentemente no se presente nubosidad y desencadenen lluvias fuertes con tormentas eléctricas.

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Experto oceanógrafo habla de El Niño

Para Franklin Ormaza, oceanógrafo y docente investigador, desde diciembre anterior se evidenció que se dio un pico y se inició el proceso de declinamiento en El Niño 3.4 (Pacífico Ecuatorial Central), a unos 8.000 kilómetros de las costas ecuatorianas, y ello ha continuado el proceso de manera consistente.

“El Niño en 3.4 está prácticamente a punto de desaparecer... no existe posibilidad que resurja, además que históricamente no hay Niño que dure más de nueve meses, (del actual) ya van casi nueve meses más o menos”, explicó el experto.

Con respecto a la región en el Pacífico Ecuatorial Oriental, en la franja de Niño 1+2, el especialista expuso que una serie de factores no han tenido valores que se suelen cumplir en un fenómeno de El Niño de mayor repercursión y ahora no hay ningún rastro del impacto del fenómeno de El Niño en las costas ecuatorianas.

En cuanto a los factores, él sostuvo que la temperatura superficial del agua suele superar los 28 grados °C en un fenómeno de El Niño, y en este año se ha ubicado entre 27,2 y 27,5 °C, además la profundidad de termoclina (capa caliente) puede llegar a 100, 120 metros, pero esta vez no se llegó ni a 30 metros.

También refirió que la anomalía del nivel medio del mar suele superar los 30 a 40 centímetros y en este periodo ha estado por debajo de los 20 centímetros y ahora se maneja en un promedio de 10 centímetros. Además, que la zona de convergencia intertropical (ZCIT o ZCI), donde se unen vientos del sur con los vientos del norte, ha variado su posición en relación a un típico fenómeno de El Niño.

“La ZCIT descendió a la altura del golfo de Guayaquil y por eso en febrero tuvimos las lluvias, en este momento está a la altura a 4 grados sur, al sur del golfo de Guayaquil entre Trujillo y Tumbes, pero tiene una propiedad importante, no es costera y esto es lo que ha provocado que paren las lluvias y que marzo en Guayaquil sea casi cero lluvias”, explicó el oceanógrafo.

En las próximas semanas, conforme siga la evolución de los factores, en las costas ecuatorianas podría haber factores en los que se sienta la disminución de la repercusión de El Niño, entre esos, que la temperatura superficial del mar ya no estaría tan cálida como en meses anteriores y además se traduciría en que la presencia de especies de agua fría sería más recurrente.

“No ha existido el impacto que se esperaba, yo esperaba un impacto de leve a moderado, pero no se ha dado...”, dijo Ormaza y estimó que probablemente esto se debe a la presencia del anticiclón del Pacífico sur, que pudo haber enfriado las aguas.

Además, apuntó que a mediados del año podría haber la probabilidad de la presentación del fenómeno de La Niña.

La situación en febrero

En febrero anterior hubo precipitaciones de intensidad variable y fuerte con tormentas eléctricas en Guayaquil. El valor mensual de febrero 2024 fue de 558,1 mm y superó en 68,1 mm al normal.

El febrero de 2024 en lluvias fue el cuarto más lluvioso en los últimos 40 años, detrás de 1987, 1998 y 2012.

En referencia a precipitaciones para abril o mayo se esperaría la finalización de la época lluviosa, estimó Naranjo. (I)