En la comunidad cofán Chandía Na’en, en la provincia de Sucumbíos, hay especies de animales considerados por la ciencia como raros o poco comunes, que los miembros de esa comunidad están acostumbrados a ver, como cuenta Claudino Descance, líder cofán local.

Uno de ellos es el zorro vinagre, también conocido como perrito de monte, Speothos venaticus, un mamífero de la familia de los cánidos distribuido en Centroamérica y Sudamérica, recientemente captado por cámaras trampa en el territorio de la comunidad cofán Chandía Na’en, en el norte de la provincia de Sucumbíos, en la frontera con Colombia, donde también habita la nacionalidad cofán.

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Son difíciles de captar en cámaras trampa

De acuerdo con la escala de conservación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, esta especie está casi amenazada a nivel global. El Libro Rojo de Mamíferos del Ecuador determina que la población ecuatoriana es vulnerable.

En Ecuador habitan a ambos lados de la cordillera de los Andes, pero se cree que las poblaciones occidentales están seriamente reducidas por la pérdida de su hábitat, según el Libro Rojo de los Mamíferos del Ecuador, que analiza los estados de conservación de especies a nivel local.

Las poblaciones al este de la cordillera, sin embargo, estarían en condiciones estables por la menor deforestación. Esto incluye a los especímenes que viven en territorio cofán.

Una de las capturas de las cámaras trampa en territorio cofán. Foto: Cortesía: Savimbo

Con esas mismas cámaras han logrado captar otras especies, como el armadillo gigante, Priodontes maximus, o el oso hormiguero gigante, Myrmecophaga tridactyla, y el puma, Puma concolor.

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El avistamiento de especies como Speothos venaticus indica que el hábitat de esa zona del norte de Sucumbíos sigue en relativo buen estado.

Además de captar animales, las cámaras trampa son parte del esfuerzo del proyecto Savimbo, que integra a comunidades indígenas en Colombia y Ecuador al mercado internacional de créditos ambientales, que consiste en que los locales reciben dinero a cambio de conservar hectáreas de bosque, porciones de cuerpos de agua, o plantar árboles nativos, por ejemplo.

El crédito de biodiversidad que ofrece Savimbo se basa en buscar especies indicadoras de la salud de un ecosistema, por ejemplo, y asegura un mes de preservación para una hectárea de territorio, y los videos de las cámaras trampa son enviados a los compradores de los créditos, como prueba.

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El proyecto Savimbo centra a las comunidades indígenas

Drea Burbank, una de las fundadoras del proyecto, explica que el conocimiento de las comunidades indígenas es invaluable para el desarrollo del plan. Pone de ejemplo el posicionamiento de dos cámaras trampa en la comunidad cofán:

“Puede que venga alguien de la ciudad y ponga 100 cámaras para encontrar una especie, pero Claudino conoce su bosque y dónde están los animales. Puede hacer un mucho mejor monitoreo con solo dos cámaras”, explica la cofundadora.

Incluso han logrado grabar a un ejemplar de Panthera onca, o jaguar, de coloración negra, condición denominada melanismo, lo cual se da cada cierto número de generaciones.

Un ejemplar de referencia de 'Speothos venaticus', el perrito de monte. Foto: Florencio Sucuzhañay - Bioweb

“Eso significa que los procesos de conservación vienen desde hace mucho tiempo, el hipermelanismo se presenta en una frecuencia muy amplia, más o menos unas 200 generaciones. Es el preciso reconocimiento al esfuerzo de resistencia y conservación que llevan los pueblos indígenas”, expresa Ana López, bióloga del proyecto Savimbo.

La filosofía de Savimbo, indica Burbank, es poner a las comunidades indígenas en el centro de la iniciativa, para que generen ingresos mediante la conservación de la flora, fauna y agua de sus territorios, además de turismo sostenible.

La fragmentación de hábitats es una de las amenazas más grandes para muchos animales. Speothos venaticus, por ejemplo, tiene distribuciones amplias y necesita de una gran extensión de bosque o sabana ininterrupidos para vivir.

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“La principal amenaza que sufre es la fragmentación de su hábitat y el reemplazo de bosques primarios por cultivos, ya sean mono o policultivos. Sin embargo, en esta zona (donde se la capturó) hay bastante extensión de bosque continuo, que es lo que le permite generar ciclos de vida amplios y mantener la genética estable”, indica la bióloga.

Burbank agrega que es posible que las enfermedades transmitidas por perros domésticos usados en caza o ferales también podrían estar afectando a las poblaciones de esta especie de cánido. (I)