Dos especies de monos y nueve de carnívoros están en el grupo de las 23 especies de mamíferos captadas por cámaras trampa como parte del estudio realizado por los miembros de la Fundación para la Conservación e Investigación JaPu y Cindy Hurtado de la organización no gubernamental BIOS Perú.
Los dispositivos fueron colocados durante tres años para evidenciar la fauna silvestre que sobrevive en la cordillera Chongón Colonche.
El área estudiada abarca el Bosque Protector Cerro Blanco, que limita con la zona urbana de Guayaquil, Cerro Ayampe, los bosques comunales Las Balsas y Loma Alta, el Área Protegida Nacional de Recreación El Guayacán y Bocavaldivia-Cantagallo.
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Fueron 8.819 días de monitoreo usando 55 cámaras trampa que registraron 5.413 eventos independientes durante tres años. Un total de 33 especies de mamíferos nativos fueron registrados, indica el estudio publicado el 1 de diciembre de 2023.
Lo más relevante fue la presencia de una nutria (Lontra longicaudis) en el Área Protegida Nacional de Recreación El Guayacán ubicada a 40 minutos de Guayaquil, en Guayas, cerca al Parque Lago en la vía a la Costa.
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Si bien las cámaras trampa no registraron al jaguar (Panthera onca) y al puma (Puma concolor), si se encontraron huellas de un jaguar en el Bosque Comunal Las Balsas, en diciembre de 2020.
Lo lamentable es que fue el único suceso documentado en el área estudiada durante casi tres años de monitoreo continuo.
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El último avistamiento reportado de un jaguar fue el 25 de julio de 2011, en el Bosque Protector Cerro Blanco.
La publicación revela que “estos registros corresponden a algunos de los últimos individuos supervivientes de jaguar en el suroeste de Ecuador”.
Sobre el puma, se obtuvo un registro de posible depredación de un venado (Odocoileus virginianus) en el Bosque Protector Cerro Blanco, en octubre de 2020.
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Tras un análisis se determinó que sería el “depredador más probable, descartando al perro doméstico y al jaguar”.
El ciervo muerto fue encontrado cerca a Refugio Jaguar a las 04:00.
“Cordillera Chongón Colonche: punto caliente de diversidad para la conservación de mamíferos en el occidente de Ecuador” es el título de esta investigación desarrollada por Cristian Barros-Diaz, Abel Gallo-Pérez, Manuel Chiquito, Pamela León, Silvia Vela, Julián Pérez-Correa y Cindy Hurtado.
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Listado de las 23 especies nativas (nombres científicos)
1.- Didelphis marsupialis
2.- Philander melanurus
3.- Dasypus novemcinctus
4.- Tamandua mexicana
5.- Cebus aequatorialis
6.- Alouatta palliata
7.- Simosciurus stramineus
8.- Syntheosciurus granatensis
9.- Dasyprocta punctata
10.- Cuniculus paca
11.- Sylvilagus daulensis
12.- Herpailurus yagouaroundi
13.- Leopardus pardalis
14.- Leopardus wiedii
15.- Lycalopex sechurae
16.- Nasua nasua
17.- Procyon cancrivorus
18.- Lontra longicaudis
19.- Eira barbara
20.- Galictis vittata
21.- Dicotyles tajacu
22.- Mazama gualea
23.- Odocoileus virginianus
Además, como muestra de la biodiversidad solo en las investigaciones en el Bosque Protector Cerro Blanco se reportaron 146 especies de aves de las que 12 son nuevos registros para los límites de esta área protegida privada.
El listado incluye varias especies no reportadas en los últimos años y un total de 32 que son endémicas de la región tumbesina.
La clave fue realizar los ingresos en la época lluviosa y seca para evidenciar las especies migratorias en cada estación.
Lo positivo es que también se detectó tanto en la época seca como en la lluviosa a las parejas de papagayos de Guayaquil, cuyas vocalizaciones fueron grabadas en la temporada sin lluvia cuando estaban en pleno cortejo.
Informe advierte sobre la presencia de especies introducidas que afectan a la fauna silvestre
Lo más preocupante es la presencia del perro y el gato doméstico en todas las áreas de estudio de la cordillera Chongón Colonche, que cubre las provincias de Guayas, Manabí y Santa Elena.
“Ambas especies pueden competir por recursos (espacio, tiempo y presas) con carnívoros nativos”.
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Incluso, podrían transmitir enfermedades a la fauna silvestre nativa.
“Debido al estrecho parentesco filogenético, pueden transmitir varias enfermedades a los mamíferos salvajes. Por tanto, la presencia de ambos carnívoros en la cordillera implica un gran riesgo para la conservación de los mamíferos nativos y otros grupos taxonómicos de la zona”, revela la publicación.
La recomendación es “el monitoreo continuo de cámaras trampa, ya que ayudará a conocer su distribución actual, lo que permitirá proponer medidas de preservación de la biodiversidad”.
La ganadería y la ampliación de la frontera agrícola perjudica a los bosques primarios y secundarios que persisten en las comunidades. (I)
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