Este 1 de enero se dará la posesión del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en medio de un amplio operativo de seguridad.

El equipo de transición de Lula garantizó que el acto de investidura será “pacífico”, esto pese a las distintas amenazas terroristas que se han presentado para desconocer los resultados.

“No serán pequeños grupos terroristas los que van a emparedar a la democracia brasileña. No tienen espacio, no tendrán espacio, no vencieron, ni vencerán”, afirmó el futuro ministro de Justicia, Flavio Dino.

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En Brasil se despliega una operación policial contra bolsonaristas por protestas golpistas

El último fin de semana, la Policía de Brasilia desactivó una bomba colocada en un camión cisterna que, según las investigaciones, sería detonada en el aeropuerto de la ciudad.

El responsable del frustrado atentado fue detenido y confesó que frecuentaba un campamento de activistas instalado hace dos meses frente al Cuartel General del Ejército para exigir un golpe militar que impida la investidura de Lula y mantenga en el poder a Bolsonaro, quien aún no ha reconocido su derrota en las urnas.

El detenido admitió que su objetivo era “sembrar el caos” y crear las condiciones para forzar el golpe de Estado que el bolsonarismo más radical exige, pese a que los generales han ignorado todas esas presiones.

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El futuro ministro también señaló que movilizarán al 100% de las fuerzas policiales del Distrito Federal (DF) para garantizar la seguridad no solo del presidente, sino también de las delegaciones extranjeras y del público”.

De momento, “no hay ninguna alteración” de los planes para la ceremonia, agregó Dino, en respuesta a la posibilidad de que Lula desfile ante el público en la Explanada de los Ministerios dentro de un coche cerrado, en lugar del tradicional paseo en un descapotable de época.

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“Ambos escenarios estarán disponibles ese día” y la decisión se tomará “en el momento”, añadió.

Será una ceremonia “segura” y “en paz”, dijo Dino, quien incentivó a los brasileños a viajar desde otros estados para acompañar los actos institucionales y shows culturales previstos en la región central de Brasilia, donde se esperan cientos de miles de personas. (I)