La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) anunció el pronto regreso de Estados Unidos como un país miembro. La nación norteamericana se retiró en el 2017 del organismo, después de que el expresidente Donald Trump lo acusara de adoptar posiciones reiteradamente antiisraelíes.

Según un comunicado de la Unesco, EE. UU. mantiene un plan de financiación concreto, que será sometido a los 193 Estados miembros en una sesión extraordinaria próximamente. El plan del Congreso estadounidense prevé el pago de una contribución anual, así como el abono escalonado de los retrasos del que era el primer país por la aportación al presupuesto de la organización, con un 22 % del total.

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Audrey Azoulay, la directora general de la organización, dijo que el deseo de Estados Unidos de volver es “un acto fuerte de confianza en la Unesco y en el multilateralismo”. También consideró que es un reconocimiento a su propio liderazgo.

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A ese respecto, la Unesco hizo hincapié en que desde que la exministra francesa asumió sus funciones, en noviembre de 2017, ha mediado para “calmar las tensiones políticas y lograr consenso en los temas más sensibles, como Oriente Medio”.

Otros de los cambios implementados por Azoulay, que habrían motivado el regreso de Estados Unidos, son plantear cuestiones éticas que rodean el uso de la inteligencia artificial, la protección de los océanos y “las reformas administrativas” que desde 2018 han hecho a la organización “más eficaz y más saneada financieramente”.

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Trump formalizó su salida en el 2017 porque le reprochaba a la Unesco los debates sobre el conflicto de Oriente Medio y los pronunciamientos repetidos de condena de Israel, y porque tenía una aversión general por las organizaciones internacionales.

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Pero la vuelta de Estados Unidos, en un clima dentro de la Unesco menos polarizado en el conflicto en Oriente Medio, abre las puertas también a un retorno de Israel. (I)