Qué significa la bendición de la Iglesia católica a parejas del mismo sexo o en situación irregular

La Iglesia católica emitió este lunes una declaración que ha sido consensuada con el papa Francisco acerca de las parejas del mismo sexo o que se encuentran en situación irregular y la posibilidad de bendecir estas uniones.

En la declaración Fiducia supplicans sobre el sentido pastoral de las bendiciones, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, explicó que se emite el documento tras varias cuestiones planteadas y que este cuenta con la aprobación del Santo Padre. Además de haberse debatido en el Congreso de la Sección Doctrinal del Dicasterio.

Desde su elección en 2013, el jesuita argentino, que insiste en la importancia de una Iglesia “abierta a todos”, ha despertado repetidamente la ira de los conservadores, en particular al limitar el uso de la misa tradicional en latín en 2021.

“Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, dijo en 2013, apenas unos meses tras su elección.

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Sin embargo, en el 2021, el Vaticano reiteró su opinión de que la homosexualidad es un “pecado” y confirmó que las parejas del mismo sexo no pueden recibir el sacramento del matrimonio.

En la declaración se menciona que los clérigos pueden bendecir a las parejas del mismo sexo y aquellas que están en situación irregular con la condición que se realice fuera de los ritos litúrgicos

Existe “la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo, cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio”, precisa el documento.

“Esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”, añade.

De acuerdo con la Santa Sede, las bendiciones llevan a captar la presencia de Dios en todos los acontecimientos de la vida y recuerda que el ser humano está invitado a buscar a Dios, amarle y servirle fielmente.

Se mencionó también que la Iglesia ha considerado moralmente lícitas solo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio y que no se puede conferir una bendición litúrgica, cuando esta de alguna manera pueda ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o una práctica sexual extramatrimonial.

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Sobre este punto, el papa Francisco instó a no ”perder la caridad pastoral, que debe atravesar todas nuestras decisiones y actitudes y a evitar ser jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen”.

La Iglesia explica que la bendición tiene dos aspectos, uno descendente que es el representado por la invocación de esta desde Dios que desciende sobre el hombre, basado en el Antiguo Testamento. Mientras que también hay un segundo tipo de bendición que es la ascendente, la cual equivale a “alabar, celebrar, agradecer a Dios por su misericordia y fidelidad, por las maravillas que ha creado y por todo aquello que sucedió por su voluntad”.

En el caso de las parejas del mismo sexo y en situación irregular, se podrá impartir una bendición que no solo tiene un valor ascendente sino también la invocación de una bendición descendente del mismo Dios.

“Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino”, refiere.

Con esto se aclaró que no se busca legitimar las uniones ni se debe interpretar como un matrimonio, es por esto que se establecieron varios momentos en los que se puede hacer.

En la bendición se podrá realizar una oración breve donde se pida la paz, salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, así como la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad.

Esta bendición se debe realizar en momentos como la visita de un santuario, el encuentro con un sacerdote, oración en grupo o peregrinación. (I)