Un letrero advierte a los delincuentes lo que pasará con ellos si los atrapan los vecinos de la comunidad de Luluncoto, en el sur de Quito: “Ladrón cogido, ladrón quemado”. El mensaje cuelga de una valla que separa los límites del barrio y las laderas del río Machángara, y representa una medida desesperada de sus habitantes contra el aumento de la delincuencia.
“No podemos andar tranquilos aquí en el barrio, porque andamos con ese susto, oímos una moto y ya nos ponemos nerviosos; estamos abandonados, no vienen a vernos los señores policías”, dijo una moradora de Luluncoto, mientras que su vecina mostró en televisión los videos en los que grabó a un delincuente robándose su medidor de agua, y reclamó con enojo: “Pedimos a las autoridades que nos pongan atención a nosotros”.
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La creciente inseguridad representa la preocupación número uno para el 94 % de los 2,7 millones de quiteños que han visto cómo en el último año los indicadores de muertes violentas se han duplicado. “En el análisis que hicimos, de enero a junio de 2023, cuando recién la alcaldía estaba tomando la ciudad, vimos que Quito ha duplicado su tasa de homicidios (de 3 a 6 por cada 100.000 habitantes). Quito sí está siendo una ciudad mucho más violenta que en años anteriores”, advierte el coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, Renato Rivera, al tiempo que evalúa que en materia de seguridad la actual gestión municipal “se ha quedado bastante corta”.
Una revisión del manejo de los recursos del alcalde Pabel Muñoz, en sus primeros seis meses de administración municipal, refleja que la seguridad representa el tercer rubro de inversión en la capital, sin embargo, los recursos se concentran básicamente en la contratación de guardianía privada, con armas o sin armas, para las instalaciones que tiene bajo su custodia la Alcaldía.
En el periodo comprendido entre el 15 de mayo y el 15 de noviembre, el holding municipal, conformado por 21 instituciones, ha destinado $ 146,2 millones para 3.689 adquisiciones de obras, bienes y servicios, según los registros del portal de contratación pública Sercop. De este monto, $ 20,2 millones se dedicaron para seguridad, pero la mayor parte, $ 16,3 millones, corresponde a guardianías, mientras que $ 1,4 millones se asignaron para el mantenimiento preventivo o correctivo de camionetas y $ 137.859 para implementos de protección (guantes, cascos o botas) para el comando de Policía de la Zona 9.
“Casi toda la gestión del Municipio de Quito se concentra en infraestructura, todavía no están claras las funciones que debe tener la Secretaría de Seguridad”, comenta Rivera antes de plantear si “rehabilitar UPC (Unidades de Policía Comunitaria) o comprar más patrulleros es la única respuesta que tiene que venir de la Alcaldía”.
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En la capital, según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2023 Quito Cómo Vamos, el 78 % de las víctimas de la delincuencia no denunciaron este hecho ante las autoridades, lo que implica que solo se cuenta con el 22 % de información sobre la inseguridad en esta ciudad, un porcentaje insuficiente para que la Policía determine, por ejemplo, las zonas donde hay más violencia, las bandas delictivas que operan ahí o los tipos de delitos más comunes. Ese trabajo, una especie de mapeo de la violencia que permite alertar a las autoridades, añade Rivera, “el Municipio de Quito no lo hace”.
La prioridad de la inversión municipal en el primer semestre de la gestión del alcalde Pabel Muñoz ha sido la obra pública, con un monto comprometido –es decir, contratado y por contratar- de $ 47,8 millones. Ahí consta, por ejemplo, la construcción del sistema de alcantarillado para los barrios El Pedregal y Santa Rosa de Chillo Jijón, en la parroquia Amaguaña, adjudicado al contratista Alfonso Gallo, por casi $ 700.000; también está la compra de material pétreo para preparar la mezcla asfáltica, por unos $ 400.000, con la proveedora Rosa Chano Calispa; y la construcción de media docena de obras de infraestructura en la parroquia Calderón, entre ellas, el suministro de agua potable, conexiones domiciliarias, adoquinado de calles o implementación de áreas verdes, por unos $ 4,5 millones.
El mejoramiento vial resulta clave, porque repercute en una disminución de los accidentes de tránsito, una problemática que preocupa a los quiteños, afirma Darío Paladines, presidente de la Asociación de Motociclistas del Ecuador y miembro de la veeduría ciudadana para el Metro de Quito. “Entre enero y septiembre se registraron 7.500 siniestros de tránsito, nos preocupa porque el porcentaje no ha disminuido”, analiza Paladines, al mencionar varias calles que no han sido tomadas en cuenta por la Alcaldía: “Realmente vemos vías ‘siniestrosas’ como la Simón Bolívar, como la Perimetral y la avenida Mariscal Sucre, conminamos a la autoridad para que realice un mantenimiento y, si es necesario, un replanteo vial y un estudio de suelo”.
Paladines respaldó la decisión del alcalde de suspender la operación del Metro en mayo pasado y reanudarla la semana pasada, una vez que se subsanaron todas las observaciones para una operación segura; sin embargo, dijo que cabe ‘un jalón de orejas’ a la Secretaría municipal de Movilidad para que regule la circulación de dos personas en una moto, en motocicletas eléctricas, en los llamados scooters, y que también se sancione a quienes conducen sin licencia, casco, placas o que usan un carril que no les corresponde.
Dentro de las obras públicas de la Alcaldía, los mayores desembolsos se han hecho para ejecutar el proyecto que fue una promesa de campaña del actual alcalde y que está relacionado con el nuevo complejo ambiental para el tratamiento de desechos, que permitirá el cierre del relleno sanitario El Inga, creado en 2003, que comprende 65 hectáreas y que está ubicado a 45 km de Quito.
En total se han destinado casi $ 20 millones, de los cuales $ 14,1 millones se comprometieron para la expropiación de cinco terrenos, dos de ellos de propiedad de Interaseo Ecuador S. A., empresa que además fue adjudicada para la construcción del cubeto 11 y la piscina para el tratamiento de los lixiviados o líquidos que desprende la basura, por un monto de $ 4,9 millones.
Con esta obra se prevé ampliar en dos años y medio el funcionamiento del relleno sanitario, que recibe a diario 2.200 toneladas de desechos sólidos, pero cuya proyección de vida útil se ha fijado en junio del 2024.
El servicio de recolección de basura, según la encuesta del 2023 Quito Cómo Vamos, se ubica segundo entre los de mayor satisfacción en la capital, en primer lugar figura la empresa de agua potable. “Es un servicio frecuente, no puedo hablar de toda la ciudad, pero sí de los sectores por donde transito. La preocupación es la suciedad en las calles porque la gente bota basura, lo veo más como un problema ciudadano”, analizó Daniela Chacón, coordinadora de la iniciativa Quito Cómo Vamos.
El área de mantenimiento es el segundo rubro de mayor inversión en la actual Alcaldía. Los datos del Sercop registran una inversión de $ 23,4 millones y comprenden el abastecimiento de combustibles, neumáticos o repuestos para los vehículos y maquinaria municipal, además de la limpieza de las 22 entidades que conforman el holding municipal y de las edificaciones, plazas o parques que el cabildo tiene bajo su custodia. Este monto supera lo destinado para el área social, como salud y educación, que juntas suman $ 11 millones.
Entre los recursos comprometidos para lo social constan la compra de medicamentos y el servicio de alimentación para los pacientes hospitalizados en las unidades metropolitanas de salud, además de mobiliario escolar y uniformes para los planteles bajo administración municipal.
“En temas de educación y desarrollo, el Municipio no tiene competencia (…), veo cosas interesantes en salud mental, que el Municipio ha lanzado una línea de atención en problemas de salud mental”, comentó Chacón al recomendar, en materia social, la entrega de alimentos a niños, niñas y adolescentes, además de programas de capacitación a las mujeres para que sean más resilientes y puedan dejar la informalidad.
La alcaldía de Pabel Muñoz también ha destinado, en este primer semestre de su gestión, $ 6,8 millones para actividades relacionadas con los eventos y la comunicación. En este rubro se incluyen campañas o pautaje para promocionar actividades de la municipalidad, además de actos y programas culturales, y también la contratación de artistas para celebrar festejos.
En el marco de las fiestas de Quito 2023, la Alcaldía destinó –hasta el 15 de noviembre– $ 1,3 millones. Ahí consta, por ejemplo, un contrato para la organización de actividades y presentaciones artísticas, servicio adjudicado a Roberto Mancheno Barba, por $ 601.800. (I)
