La composición de la nueva Asamblea se vislumbra con organizaciones dispersas y menos presencia de la ID y PK

En la Asamblea Nacional, que se conformará con los 137 legisladores que sean escogidos en las elecciones anticipadas, el partido Izquierda Democrática (ID) y el movimiento Pachakutik (PK) perderán espacios, en comparación con las posiciones que consiguieron en 2021. El actual escenario les resulta adverso porque ninguna de las dos tiendas políticas pudo inscribir candidatos a asambleístas nacionales para los comicios del 20 de agosto, debido a las disputas que cada organización enfrenta puertas adentro.

En las últimas elecciones legislativas la ID y PK lograron ubicar a 18 y 27 legisladores, respectivamente, aupados por la popularidad de los candidatos presidenciales que patrocinaba cada tienda en aquel momento: Xavier Hervas, con la Izquierda Democrática, y Yaku Pérez, con Pachakutik. Ahora Hervas y Pérez buscan nuevamente la Presidencia de la República, pero cobijados por agrupaciones distintas.

El terreno que dejarán estas dos organizaciones en el Parlamento –a lo que se suma la no participación de CREO en los comicios– será ocupado por integrantes de las nuevas alianzas electorales que aparecieron para competir en las próximas elecciones presidenciales y legislativas, como Acción Democrática Nacional (ADN), Claro que se Puede, Actuemos, Por un País sin Miedo, Gente Buena-Construye, entre otras. Eso sin contar con movimientos y partidos que estarán en la contienda presidencial sin coaliciones, como Renovación Total (RETO) y Revolución Ciudadana (RC).

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Con ese contexto, analistas estiman que la composición de la nueva Asamblea podría ser de cierta manera similar a la de 2021, es decir, habría una amplia dispersión de organizaciones políticas, mientras que la única fuerza que llegaría a tener numerosos escaños –otra vez– probablemente sería Revolución Ciudadana.

Pachakutik logró inscribir candidatos a asambleístas de las 24 provincias y está a la espera de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) los califique, indicó el exlegislador Salvador Quishpe, quien llegó a ser propuesto como precandidato a la Presidencia de la República por ese movimiento.

“Este es el resultado de dos problemas: uno, errores y problemas internos; y dos, también hay mano externa”, dijo Quishpe. Sobre el último punto señaló que la mano externa viene de compañías y sectores involucrados en actividades extractivistas, que a través de emisarios buscaron impedir que Pachakutik inscriba candidatos y hasta pretenden la desaparición del movimiento por su oposición a la minería y explotación de petróleo.

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También acusó al CNE de ser parte de esa especie de conspiración. Dijo que “por eso es que la presidenta del CNE (Diana Atamaint) salió a decir públicamente que no van a poder inscribir candidatos, adelantando criterio. Ella tenía que haber esperado que las organizaciones políticas, incluido Pachakutik, inscriban a los candidatos y luego ellos (CNE) verifiquen si cumplen o no los requisitos para ser calificados”.

Quishpe reconoció que los conflictos internos entre dirigentes e integrantes de PK y la Conaie continúan, pero van en camino a solucionarse.

“Sí vamos a tener un problema serio por no tener candidatos ahora, pero eso tiene que superarse. Pachakutik nació para participar en los procesos electorales y no podíamos dejar de participar esta vez. Es un grave error que nuestros compañeros dirigentes hayan caído en esa estrategia camuflada, maniobrada desde atrás por estas empresas multinacionales, de telecomunicaciones, de minería, de petróleo. Pero eso no puede seguir, tenemos que participar electoralmente en 2025”, comentó el exlegislador, que ahora está dedicado a dirigir al colectivo denominado Minga Ecuador, que es un brazo de Pachakutik.

En la otra orilla está la Izquierda Democrática, más debilitada. Apenas registró nombres con alianzas en tres provincias, pero una de esas candidaturas ya fue negada por el CNE, así que quedaron solo con dos en Guayas y Azuay. El aspirante rechazado fue el exjefe del bloque de la ID Ramiro Narváez, quien se registró para ser asambleísta por Carchi, explicó el exlegislador Dalton Bacigalupo.

La pugna de dos bandos por la presidencia del partido ha sido el obstáculo para que esta tienda ponga más candidatos en la papeleta electoral.

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“La Izquierda Democrática está pasando por una grave crisis política. Yo pensé que las diferencias las podíamos superar en función del diálogo, pero han prevalecido situaciones de intransigencia, de violaciones estatutarias ilegales al interior, se han patrocinado acciones de violencia contra nuestro presidente nacional, Enrique Chávez, que es el presidente que legítima y legalmente está registrado en el CNE. Esto ha llevado a que se monte un proceso de primarias internas violatorio de decisiones en materia electoral”, expresó.

Admitió que “el partido queda muy disminuido políticamente” y, por ello, es necesario que los problemas se arreglen para elegir en una próxima convención a una directiva nacional de consenso. “De lo contrario, el partido no podrá rehabilitarse de esta grave situación de crisis que está padeciendo”, dijo Bacigalupo.

La politóloga e investigadora Arianna Tanca comentó que para estas elecciones anticipadas “ningún partido iba a salir bien parado”, con excepción de la Revolución Ciudadana, que ha venido preparándose.

Los puestos que la ID y PK consiguieron en 2021 se deben principalmente al éxito electoral de sus presidenciables, reiteró Tanca, tomando en cuenta que esas fueron las primeras elecciones en las que se aplicaron las reformas del Código de la Democracia, donde la votación fue por listas cerradas, en bloque, no por candidatos.

“Si ahora no están con un candidato presidencial propio claramente sus posibilidades de estar representados en la Asamblea van a ser mínimas”, reflexionó la experta.

En su momento, uno de los bandos de la Izquierda Democrática manifestó su voluntad de respaldar la candidatura presidencial de Otto Sonnenholzner; sin embargo, la ID no pudo ser parte de la alianza electoral Actuemos, formada por los partidos Avanza y SUMA, que impulsa la postulación del exvicepresidente de la República.

Lo propio ocurrió con Pachakutik, que no logró unirse oficialmente a la alianza Claro que se Puede, que auspicia a Yaku Pérez, y está integrada por Unidad Popular, Partido Socialista Ecuatoriano, Democracia Sí y el colectivo Somos Agua.

Arianna Tanca apuntó que el reto de PK y la ID, así como otras agrupaciones, no solo está en trabajar para el 2025, fortaleciendo su institucionalidad interna y presencia en territorio, sino también en ser parte del debate para no perderse del radar electoral.

“Si bien no van a tener la misma cantidad de personas en la Asamblea, deben estar presentes en el debate político a través de voceros. Quizás, incluso, a través de la movilización social. Creo que en este periodo de tiempo que queda, todos los partidos políticos tienen que remar hacia mantener la paz, pero eso no quita que pudieran hacerse presentes a través de métodos que ya la Conaie y Pachakutik tienen como sus formas de manifestarse”, analizó Tanca.

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Para el analista político Giuseppe Cabrera, entre la Izquierda Democrática y Pachakutik, la primera organización es la que más ha perdido peso e influencia, lo que pone en riesgo su continuidad en la palestra política. En cambio, la segunda tienda ganó importantes dignidades en las elecciones seccionales de febrero (6 prefecturas y 27 alcaldías).

Por otro lado, la disolución del Parlamento mediante la muerte cruzada, “no nos ha enseñado nada, porque vamos a tener una Asamblea igual de dispersa, tal vez incluso más compleja”, dijo, ya que quienes consigan una curul no van a tener que responder a una sola organización, sino que van a responder a los movimientos o partidos de la coalición con la que postularon.

“Estas alianzas van a terminar disipándose si el candidato presidencial por el cual se unieron no gana, es decir, el caso de Yaku o Sonnenholzner”, opinó.

Agregó que la Revolución Ciudadana podría tener la misma cantidad de asambleístas (49), o más, que en 2021, sobre todo después de los buenos resultados de las elecciones seccionales de febrero de 2023 y, además, por la pérdida de espacios que también ha dejado el Partido Social Cristiano (PSC).

“Evidentemente, vamos a tener una Asamblea incluso más variopinta, más dividida e incluso más susceptible de venderse a las prebendas del presidente de turno, de conformar una bancada coyuntural con un nombre de marketing, así como apareció el BAN (Bancada del Acuerdo Nacional). Y luego veremos las incongruencias”, dijo el analista. (I)