Guatita con arroz, seco de chancho, seco de gallina, maduro lampreado, papas rellenas... Son, entre otros, los platillos típicos que se venderán desde este miércoles 9 de agosto en La Guatita del Loco, un emprendimiento gastronómico del expresidente Abdalá Bucaram Ortiz y su familia.

Bucaram contó a EL UNIVERSO que, en principio, montarán un quiosco en la explanada del Estadio Alberto Spencer (más conocido como Modelo), en el que funciona un patio de comidas. En unos quince días tienen previsto abrir un restaurante en Samborondón. “Y más adelante quiero tener unas tricimotos vendiendo la guatita por toda la ciudad”, dijo el político.

El exmandatario, que gobernó entre el 10 de agosto de 1996 y el 7 de febrero de 1997 cuando fue defenestrado, señaló que la idea del negocio se viene “cocinando” desde hace algunos años, pero que no la cristalizaba por el miedo al fracaso. Fue su hijo Jacobo Bucaram Pulley quien lo convenció de lanzarse: él hizo el plan de negocios, diseñó la imagen y el logo, y también lo administrará.

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A Bucaram se lo asocia con la guatita porque en sus recorridos de campaña en los años ochenta llevaba a los periodistas y simpatizantes a comer este plato en el tradicional local La Guatita, en Luque y Pedro Moncayo. Pero en realidad esta no es su comida favorita: él muere por el arroz con carne apanada, ya sea con papas o maduros fritos, o ensalada rusa. Y recordó que a su rival político, el fallecido expresidente León Febres-Cordero, también le gustaba la carne apanada, pero con puré.

En las campañas de los ochentas, Abdalá Bucaram comía guata en el local La Guatita, en Pedro Moncayo y Luque.

Dos empleadas de su casa prepararán en la cocina familiar la guatita con la receta de los Bucaram y la llevarán en ollas hasta el quiosco. Lo demás se cocinará en el mismo local. En el caso del restaurante, todo se preparará al momento en sus instalaciones.

Bucaram relató que están conversando con un chef peruano que él conoció en su autoexilio de 20 años en Panamá para que se encargue del restaurante de Samborondón.

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La inversión realizada en el quiosco asciende a unos $ 30.000; y la del restaurante está entre $ 200.000 y $ 300.000.

Bucaram no visitará por el momento el quiosco y el restaurante porque aún está recuperándose del transplante de rodilla que se realizó hace pocas semanas. Dijo que ha pedido al Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) que le retire el grillete electrónico que posee para poder realizar su rehabilitación en la piscina.

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El exmandatario tiene dos procesos penales vigentes. Uno en Quito por delincuencia organizada por la presunta comercialización con irregularidades de insumos para la pandemia, por el cual debe usar el dispositivo electrónico. Otro está en Guayaquil por el supuesto delito de tráfico ilícito de armas de fuego. En ambos casos, que se abrieron en pandemia, hay un llamado a juicio que no se concreta con una audiencia.

Cuando ya pueda caminar, Abdalá dijo que les avisará a sus seguidores en las redes sociales qué días estará en sus locales para que puedan “hacerle el gasto”, y conocerlo y tomarse fotos con él. (I)