Nota del editor: Este perfil es parte nuestras notas exclusivas para suscriptores, pero lo abrimos a todas nuestras audiencias como un aporte a la Democracia a fin de que los electores puedan seguir conociendo a los candidatos que el 20 de agosto buscan la Presidencia de la República.


La vida política de Luisa González Alcívar comenzó tan pronto se tituló como abogada. Con la bandera del Partido Social Cristiano (PSC), la hoy candidata presidencial por la Revolución Ciudadana participó en los comicios para integrar la Asamblea Constituyente convocada en 2007 por el entonces presidente Rafael Correa.

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En las elecciones del 30 de septiembre de ese año, su nombre figuraba entre los aspirantes a asambleístas de Pichincha por el PSC, cuyo plan de trabajo consistía en incluir la cadena perpetua, establecer un modelo de libre mercado, dar créditos baratos a comerciantes y agricultores y poder elegir entre un seguro social público o privado. Luisa se postuló como suplente de Denisse Rodríguez, quien fue Miss Internacional en 2006.

En la misma papeleta del PSC, pero como candidata principal, constaba su madre, Ligia Alcívar Álvarez, licenciada en Educación, estudiante de Derecho y miembro del movimiento Alianza Verde Ecuatoriana. Ninguna, madre o hija, resultó electa para la Constituyente, que se instaló en noviembre del 2007 en Montecristi.

Luisa, de religión evangélica, tenía 30 años y un hijo de 13, fruto del matrimonio que contrajo a los 15 años y que duró siete. “Me divorcié a los 22 años, trabajaba muy duro, estudiaba. A mi familia le pedí que me ayude a cuidar al nieto, al sobrino. Fui madre soltera, como lo soy ahora mismo”, ha dicho en algunas radios, pues no ha aceptado las cinco solicitudes de entrevistas realizadas por EL UNIVERSO desde hace 40 días (23 de junio) para este perfil periodístico.

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De la parroquia Canuto, en Chone (Manabí), Luisa González estudió la primaria en la escuela religiosa Mercedes, en Calceta, y la secundaria en Quito, en el colegio María Angélica Idrobo, donde se graduó de bachiller en abril del 2000, a los 22 años. “A los 23 empecé a estudiar en la Universidad Central en Quito, nunca hubiera querido salir de mi tierra, pero tuve que salir para tener una mejor educación”, contó la actual candidata por el correísmo nacida en Quito –dice- “por circunstancias de la vida”.

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Entre 2002 y 2003, Luisa González combinó sus estudios superiores con el trabajo en una entidad bancaria (Unibanco S. A.) en la que ganaba un sueldo de $ 196. En la universidad la conoció la exasambleísta esmeraldeña Patricia Mendoza, hace más de veinte años. “Yo estaba dos años más adelante que ella, en la Facultad de Derecho todos nos conocíamos. Ella no se graduó en la U. Central sino en la Universidad Internacional”, recuerda Mendoza, quien define a la candidata como “una mujer frontal”. “Si tiene que decir algo lo dice, no maquilla el contenido. Le sacan de casillas el doble discurso, la irresponsabilidad y la deslealtad”.

Luisa terminó en 2007 sus estudios de Jurisprudencia en la Universidad Internacional, donde trabajó entre 2004 y 2005, luego se vinculó como asistente de abogados en Petroecuador y a inicios del 2007 se integró al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, con un sueldo de $ 288, según los registros de la Contraloría y de la Seguridad Social.

Luisa González, candidata a la Presidencia, se reunió en días pasados con comerciantes del sector de la Bahía, de Guayaquil. Foto: Tomada de la cuenta de Twitter de Luisa González

Ese mismo año, en 2007, pasó a la empresa privada, con un salario de $ 1200, en la compañía Soluciones Integradas Solutions S. A., dedicada a la comercialización de equipos electrónicos y a la producción de software. En esa firma trabajaba cuando incursionó en la política como candidata a asambleísta por el PSC, y ahí también regresó tras no ser elegida para la Constituyente.

En Solutions S. A. Luisa laboró hasta febrero del 2008 y el siguiente mes pasó a la Presidencia de la República, donde se desempeñó como coordinadora de agenda estratégica presidencial, con un sueldo de $ 1.530. “En la empresa privada es donde mejor me han pagado”, afirmó la candidata manabita en una radio, mientras que en un canal digital recordó que un exjefe le pidió que volviera a trabajar con él, pero no aceptó.

“Me dijo: ‘Tú ahí eres una esclava, entras a las siete de la mañana y sales a la medianoche, yo te ofrezco mejores condiciones de trabajo, pon tú el sueldo que yo te lo duplico’. Yo le decía: No puedo, porque el valor de lo que yo estoy viviendo tú no me lo puedes pagar, ver la alegría de los niños, porque ese día inauguramos una escuela del milenio”, contó esta abogada de 45 años y madre de dos hijos varones, de 29 y de 9 años.

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En la Presidencia de Rafael Correa, Luisa González empezó su carrera en la función pública, donde suma unos quince años e incluye cargos en la Superintendencia de Compañías, como directora de Recursos Humanos, y luego como secretaria general; en el Ministerio de Relaciones Exteriores como coordinadora, secretaria 3, vicecónsul y más tarde cónsul general de Alicante (España); en la Secretaría de la Administración Pública; en la Empresa Pública de Correos como asesora; en el Parlamento Andino como secretaria nacional y asesora; y en la Asamblea como legisladora.

“Yo fui secretaria de la Administración Pública, coordinaba el gabinete, sé qué tiene que hacer cada ministro y qué tiene que cumplir para mejorar el país”, dice la candidata y anuncia que el principal asesor ‘virtual’ de su gobierno será el expresidente Rafael Correa, líder de la Revolución Ciudadana, sentenciado por cohecho e impedido de ejercer la función pública.

De su cargo como secretaria de la Administración Pública, Luisa fue incluida en un informe de la Contraloría que determina responsabilidades y una glosa por $ 880.473 por el uso de los aviones presidenciales. “Se realizaron 33 desplazamientos internacionales (...), sin la autorización de la Presidencia, desconociéndose si los viajes fueron o no para cumplimiento de actividades oficiales”, señaló Contraloría, mientras que ella refutó: “Me ponen una glosa por haber ido a un paraíso fiscal, fuimos a Panamá cuando se realizó la Cumbre de las Américas (...), además me ponen una glosa por vuelos que se realizaron cuando yo no estaba en el país”.

La candidata tiene una maestría en Alta Gerencia y otra en Economía Internacional y Desarrollo, una de ellas se financió con un crédito del Estado (IECE) por $ 26.400, según reportó ante la Contraloría. Luisa ocupó varios cargos en el gobierno de Lenín Moreno, mandatario a quien Correa calificó como ‘traidor’ en octubre de 2017. Ese mes, el entonces vicepresidente Jorge Glas fue detenido por el caso de sobornos de Odebrecht y sentenciado a seis años de prisión en diciembre del 2017.

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Luisa se desempeñó como asesora de la Empresa Pública de Correos en julio del 2017, cónsul en Alicante (España) en septiembre del mismo año y secretaria general de la Intendencia de Compañías en Ambato desde noviembre del 2017 hasta julio del 2018, según las declaraciones patrimoniales que presentó a la Contraloría. También fue secretaria nacional y más tarde asesora del Parlamento Andino hasta 2019, en el periodo de su coidearia Pamela Aguirre. Ese año, la candidata reportó un patrimonio de $ 164.380 que incluyó una propiedad en Manabí adquirida en agosto del 2008 por $ 161.061, el mismo bien consta con el valor de $ 43.656 (cabaña y terreno) en su declaración de bienes presentada en mayo de este año 2023.

Luisa González, candidata a la Presidencia, participó en conversatorios de mujeres para dar a conocer sus propuestas. Foto: Tomada de la cuenta de Twitter de Luisa González

En pandemia, Luisa asumió la secretaría del movimiento Revolución Ciudadana hasta las elecciones de asambleístas en mayo del 2021, cuando resultó electa e integró la Comisión de la Salud. ”Es una buena asambleísta, con capacidad de discusión, controversial sí, porque no se allanaba así nomás a las cosas, siempre había una respuesta en contra, pero bien fundamentada”, dice Marcos Molina (ID), presidente de esa comisión legislativa, al mencionar que Luisa votó a favor de leyes como la de carrera sanitaria o la de Pancita Llena, que prioriza la donación de alimentos que no lograron comercializarse.

En su rendición de cuentas del 2022, Luisa González destaca los exhortos hechos al gobierno de Guillermo Lasso para que aumente el presupuesto de la salud y atienda la vialidad y la seguridad, además de la fiscalización en el caso de la empresa Termoguayas Generation S. A., a la que se le revocó un contrato de concesión y que llevó a la Procuraduría a un proceso de mediación. “Le ahorramos $ 140 millones al país a través de procesos de fiscalización”, señala la exasambleísta que se define montuvia y que suele visitar Canuto, donde viven sus abuelos, su mamá y otros familiares.

Algunos de ellos han sido funcionarios públicos: su hermano Andrés, subgerente de BanEcuador; su mamá, servidora del Ministerio de Salud; y tres tíos con cargos en Senagua, Superintendencia de Compañías y Ministerio de Educación. “Era una mujer muy trabajadora y estricta, de carácter fuerte, que no permitía que los demás no fueran a su ritmo laboral”, dice de ella un familiar, mientras que Luis Cedeño, expresidente de Canuto, recuerda que Luisa daba los discursos en los actos solemnes de la parroquia: “Tuve el honor de bailar con ella en las fiestas de Canuto, baila muy bien los pasacalles, salí rendido”.

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Con un discurso que evoca el pasado, la década del correísmo, Luisa ofrece “seguridad, trabajo, bienestar”. En las entrevistas que acepta, la mayoría en radios locales y portales digitales, la única candidata mujer promete el “resurgir de la patria” y encabeza una campaña que tiene como ícono a un borrego, un término con el que la oposición califica a los partidarios del correísmo. “Nos dijeron borregos, nosotros dijimos: ‘Bueno, orgullosos de ser borregos, soy la borreguita mayor’”, respondió Luisa, y también opinó sobre la corrupción en el régimen de Correa: “Casos de corrupción puede haber, que haya gente que tenga el corazón contaminado, que se le asigne un cargo público y que en vez de trabajar por la ciudadanía se corrompa y cometa actos de corrupción, puede ser, no se puede controlar a miles de servidores públicos”. (I)