El abandonar clandestinamente la residencia de la Embajada de Argentina en Quito hace que la exministra de Transporte y Obras Públicas del correísmo, María de los Ángeles Duarte, por segunda ocasión salga del alcance de la justicia ecuatoriana. El lunes último, el canciller argentino Santiago Cafiero se comunicó con el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, para informarle que Duarte y su hijo de nacionalidad argentina, luego de 31 meses, ya no se encontraban en su delegación diplomática.

El ingreso de la exministra Duarte y su hijo a la Embajada de Argentina en la capital ecuatoriana se remonta al 12 de agosto de 2020, un mes antes de que se conociera que quedaba en firme la sentencia contra ella y otras 19 personas acusadas por el delito de cohecho pasivo agravado dentro del caso Sobornos 2012-2016. Duarte fue definida como coautora del cohecho analizado y además de la pena de cárcel se le condenaba a pagar $ 778.000 como reparación integral al Estado.

María de los Ángeles Duarte, otra exfuncionaria que se suma a la lista de prófugos del correísmo

En el caso Sobornos la justicia investigó la existencia de un esquema de corrupción que se mantuvo durante los periodos presidenciales de Rafael Correa. La teoría de Fiscalía señala que se utilizaron varias instituciones del Estado como plataformas para entregar contratos y convenios con empresas nacionales y extranjeras a cambio de sobornos que tenían la imagen de “donaciones”. Entre los beneficiarios de estos actos de corrupción habrían estado la organización política Alianza País y varios de sus miembros.

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Según la acusación de Fiscalía, María de los Ángeles Duarte gestionó varias empresas relacionadas con los procesados para el pago de sobornos a través del cruce de facturas y entregas en efectivo. A cambio, la entonces funcionaria del correísmo adjudicó contratos con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas a empresas como Fopeca, Consermin, Hidalgo & Hidalgo, Técnica General de Construcciones (TCG) y Equitesa, Equipos y Caminos S. A.

Duarte fue acogida en la Embajada argentina como “huésped por razones humanitarias”. Para llegar hasta ese lugar, la exministra de Rafael Correa dejó de cumplir la presentación periódica en la Corte Provincial de Justicia del Guayas y se retiró el dispositivo de vigilancia electrónica (grillete electrónico), ambas medidas ordenadas en el caso Sobornos por la jueza de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) Daniella Camacho.

Ese incumplimiento de medidas cautelares le valió a Duarte el inicio de otro proceso penal, pero ya no en la CNJ pues no tenía el fuero de ministra, sino en la Corte Provincial de Justicia de Pichincha. Esta vez la Fiscalía l acusó del delito de incumplimiento de orden de autoridad competente.

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Exministra María de los Ángeles Duarte es llamada a juicio por incumplimiento de medidas cautelares, pero etapa de juzgamiento se suspende

En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, Duarte agradeció a Argentina por haberla cobijado “ante la persecución” de los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso. “Decidí dejar la Embajada porque al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo con la Convención de Caracas de 1954, e impedir mi salida segura (salvoconducto), el Gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política”.

El expresidente Correa, también sentenciado en el caso Sobornos junto con otros de sus entonces funcionarios, escribió en Twitter en esa línea: “(Guillermo) Lasso jurídicamente tuvo de rehén a María Duarte. Pronto este canalla tendrá que rendir cuentas a la justicia”.

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El 13 de diciembre pasado, Ecuador decidió negar el salvoconducto que requería Duarte para dejar el Ecuador y viajar hasta Argentina, país que le había concedido el asilo diplomático. Para la Cancillería ecuatoriana no era lícito conceder asilo a una persona condenada por hechos de corrupción y se resaltaba que la exfuncionaria pública fue procesada y sentenciada respetándole todas sus garantías y durante un periodo presidencial distinto al de Lasso.

En la nota enviada a Ecuador por el canciller Cafiero se señalaba que Argentina, “en ejercicio del derecho que le otorga la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y de acuerdo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, concede a la señora María de los Ángeles Duarte Pesantes el asilo diplomático”.

Para febrero de 2021, Duarte fue llamada a juicio por incumplir la orden de una autoridad competente, es decir, retirarse el grillete y no presentarse periódicamente. Pese a ello, al ser este un delito que no puede ser sancionado en ausencia, la etapa de juzgamiento quedó interrumpida hasta que ella sea capturada o se entregue voluntariamente a la justicia.

Desde que se conoció la nueva fuga de Duarte, la Policía Nacional habría activado el bloque de búsqueda para dar con su paradero. La exministra no mantiene al momento ninguna difusión roja en Interpol (Policía Internacional, por sus siglas en inglés). (I)

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