El expresidente de la República Osvaldo Hurtado señala que el país atraviesa una crisis económica que lo puede llevar a la desdolarización si no se toman las medidas correctas. Dice que el ahora mandatario Daniel Noboa parece ir por un buen camino, que está actuando como estadista y no como populista, y piensa que no tendría que enfocarse en buscar una reelección sino en hacer todo bien para que el pueblo lo siga apoyando y pueda decir en unos años que lo salvó del hundimiento total.

La semana pasada, usted -como parte de Cordes- ha manifestado su temor de que la situación económica que vive el país ponga en riesgo la dolarización. ¿por qué cree eso?

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La crisis fiscal en este momento del Ecuador tiene varias manifestaciones. Una es que el Gobierno no tiene dinero para cumplir con sus obligaciones… ¿Qué implica esto? Que no puede pagar sueldos, transferir los recursos para satisfacer el bono a los pobres, enviar las contribuciones del gobierno central a los municipios y que está endeudado hasta la nariz y debe a medio mundo, no desde ahora, desde el año pasado e incluso desde el 2020. Frente a una situación de esta naturaleza, es necesario proveerle de recursos y no para después, sino ahora. Y el único camino es el aumento del IVA, y también se necesita la eliminación de los subsidios. ¿Por qué puede afectar a la dolarización? Porque llegará un día en el que el Gobierno estará cercado por todo el mundo pidiéndole que pague los sueldos y las deudas. ¿Qué hará entonces? Tiene varias alternativas. Una es tomar la reserva monetaria que va en contra de la dolarización y la otra, que es la más probable, emitir un tipo de moneda ecuatoriana que podría llamarse ‘ecuadólar’. En el caso de que hiciera esto, no es que desaparece la dolarización, sino que vamos a obtener dos monedas, una la de los billetes verdes y otra un papel cuyo valor será el que imponga el mercado, esto es, los especuladores, lo que significará una reducción masiva de sueldos del sector público. No nos estamos inventando nada. Esto ha pasado en Zimbabue y en Argentina.

¿Pero cómo es que hemos llegado a esta situación? ¿Cuáles han sido las decisiones de los anteriores gobiernos que originaron que estemos en estas condiciones?

La primera y más grave fue la duplicación del tamaño del Estado, ocurrida en el gobierno de Rafael Correa, que de algo más del 20 % del producto interno bruto pasó al 44 %, lo dobló. Entonces no pasó nada porque el petróleo se vendía a $ 100, pero ya al finalizar el gobierno empezaron los problemas. Se endeudó y con eso los ecuatorianos no se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo. Una segunda razón es que hoy el petróleo no se vende a $ 100 sino a $ 70, y la tendencia es a quedarse en ese precio o a bajar. Una tercera razón es que la Corte Constitucional aprobó un aumento de sueldos a los maestros, violando la Constitución que prohíbe a la Asamblea Nacional crear gastos sin tener una fuente. Y a todo lo cual se suma que nadie le presta dinero al Ecuador en el mundo, ni los países ni los organismos internacionales, ni siquiera el Fondo Monetario Internacional, porque el desorden de la economía es tan grande que es un mal cliente, es un mal deudor, es un mal pagador. Estos son los elementos principales por los que hemos llegado a este momento tan crítico, al punto de que el presidente Noboa, que estaba en contra del aumento del IVA y en contra de la eliminación de los subsidios a los combustibles y a favor de que no se explote el Yasuní, se ha visto forzado a cambiar de opinión, y así tiene que ser el comportamiento de un gobernante responsable frente a las evidencias.

Ya el aumento del IVA se aprobó. Faltan eliminar los subsidios. ¿Hay las condiciones políticas para que se dé esta eliminación? Porque Lenín Moreno y Guillermo Lasso intentaron hacerlo y tuvieron al sector indígena en las calles.

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El presidente Sixto Durán-Ballén lo hizo. Yo lo hice. Yo aumenté el precio de los combustibles cuando tenía a todo el Ecuador en mi contra: empresarios, medios de comunicación, estudiantes, trabajadores. En esa época no había movimiento indígena. Lo hice. Es posible hacer. ¿Que habrá protestas? Claro. ¿Que habrá descontento? Claro, pero un gobierno y un país no pueden evitar decisiones vitales para el futuro por miedo, por temor, por cobardía. ¿Quiénes son los más radicales opositores al aumento del precio de los combustibles? La gente que se ubica en izquierda. Los marxistas, los socialistas, los comunistas. Bueno, yo quisiera decirles a los ecuatorianos que Cuba, padre y madre de los socialistas latinoamericanos, acaba de quintuplicar el precio de los combustibles. ¿Por qué? Por las mismas razones que debe hacerlo el Ecuador. Porque no tiene dinero para costear ese subsidio.

Pero el presidente Noboa está buscando reelegirse y esa medida no es muy popular entre la gente, tiene un costo político que se reflejaría en las urnas...

Se han publicado encuestas en las que se ve que la gente está de acuerdo que se elimine el subsidio a los combustibles porque es un subsidio a los ricos, no a los pobres. Es un subsidio a aquellos que, en lugar de automóviles, usan unas camionetas tan grandes que parecen camiones y que tragan gasolina por cantidades incuantificables. Es un subsidio para empresas que ganan millones. Es un subsidio para los contrabandistas de combustibles, para los narcotraficantes, para las naves que llegan a Galápagos.

Pero sí habrá afectación en la gente común, los que no tienen vehículo y se movilizan en el transporte público, que podría subir el costo del pasaje.

Habrá que buscar una manera de entregar un bono, un subsidio, una ayuda a quienes usan el transporte público. Pero no sigamos subsidiando a la clase media, a la clase media alta y a la clase rica. Yo quisiera leerle una frase de ese sabio alemán Alexander von Humboldt, quien dijo que el Ecuador (no existía el Ecuador sino la Audiencia de Quito) es el país en el que se evita todo lo que significa esfuerzo. Eso lo dijo él hace 220 años y eso es enteramente válido hoy. La crisis económica que puede producir los efectos que ya he dicho y que ha dicho Cordes exige un esfuerzo de los ecuatorianos. ¿Y qué es lo que dicen los líderes políticos? Mi partido (PSC) nunca ha estado a favor de los impuestos, lo cual no es cierto. El gobierno del presidente Febres-Cordero aumentó el IVA. ¿Y qué dice el correísmo? Algo parecido: Si se aumenta el IVA va a sufrir el pueblo ecuatoriano. Pues el exdictador aumentó el IVA no por un problema nacional, sino por el problema de unos cantones afectados por el terremoto. Hoy está afectado todo el país y está en riesgo el futuro de todos los ecuatorianos.

El país está afectado además por la crisis de inseguridad. ¿Cómo ve las decisiones que ha tomado el presidente en ese campo?

Me parecen muy acertadas y esto se convalida examinando los resultados; de acuerdo a lo que publican los medios de comunicación se ha reducido el número de muertes. Por primera vez, y no encuentro explicación de por qué no se hizo antes, el Estado ingresa a las cárceles y descubre que eran hoteles de lujo para los narcotraficantes y para los corruptos del gobierno de Correa. Creo que la política de seguridad en el gobierno del presidente Noboa me parece que va en la dirección correcta.

Él está usando una herramienta que ya se expuso en el gobierno de Guillermo Lasso, que es declarar como terroristas a las bandas criminales. Usted que fue cercano a él, que lo conoce, ¿por qué cree que no la implementó completamente con acciones similares a las de Noboa?

Esa es una pregunta para el presidente Lasso, no para mí. Y yo le haría la misma pregunta. ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué las cárceles siguieron siendo el centro de operación del crimen organizado? Y en cuanto a mi relación con él, yo quisiera decirle que estuve muy cerca en su primera campaña electoral, igualmente en la segunda. En la tercera no participé para nada. Y en el gobierno ocasionalmente hablamos por teléfono y no más de una vez personalmente. De manera que yo no he tenido ninguna influencia en las decisiones que ha tomado.

Pero en el Gobierno sí había personajes que fueron importantes en la Democracia Popular, como Alexandra Vela o Diego Ordóñez.

La ministra Vela le propuso al presidente Lasso que disuelva la Asamblea al inicio de su mandato, cuando estaba en la cumbre de su popularidad, y yo estuve de acuerdo con esa idea y la apoyé. Y en cuanto a Ordóñez, de lo que conozco, luego de la visita del presidente Lasso a Israel elaboraron un programa de cooperación con ese país que incluía la modernización de los servicios de inteligencia, fundamentales para perseguir el crimen organizado. Y desafortunadamente, de un día para otro, desapareció ese programa. ¿Y por qué? Porque había que hacer una negociación directa con Israel sin licitación, y eso al interior de la Presidencia se consideró un riesgo. A mí me parece que en una emergencia como la que tuvo en ese momento el país era necesario tener ese servicio para que, por ejemplo, no ingresen metales a las cárceles, que no se pueda corromper a los funcionarios, porque hay un servicio de vigilancia que se puede hacer desde una oficina. De manera que del gobierno del presidente Lasso tienen que dar cuenta a él y sus colaboradores.

Noboa es el rostro de un relevo generacional en la política ecuatoriana. Pero a ratos puede caer en las prácticas de los viejos políticos. ¿Qué opina usted de su liderazgo?

Bueno, yo no era optimista sobre los aciertos, las virtudes y las competencias del nuevo gobierno elegido por el pueblo porque era una organización política sin historia y era un líder político igualmente sin historia. Era una lotería. Pero luego de un par de meses pienso que ha tomado decisiones acertadas en el tema de la seguridad y ha logrado efectos muy positivos; y que está tomando decisiones correctas en materia económica para resolver el problema fundamental de la economía ecuatoriana, que es el déficit fiscal. Yo no soy un político apasionado, yo me muevo por el interés del país y no importa quién sea el presidente, si le sirve y le sirve bien al Ecuador, yo lo apoyo, que es el caso del presidente Noboa.

El director de Cordes, José Hidalgo (i), junto al expresidente Osvaldo Hurtado y Abelardo Pachano. Foto: Patricia Sandoval

Usted dice que no le tenía mucha fe porque es un líder sin historia que viene de un partido sin historia. ¿Pero cómo han actuado en esta compleja coyuntura los partidos y líderes históricos?

¿Cómo explicar que para el dictador Correa haya sido santo y bueno un impuesto igual al que propone Noboa, un aumento del IVA, cuando se produjo el terremoto en Manabí, pero hoy sea pecaminoso cuando el presidente de la República hace lo mismo? ¿Por qué al líder del partido llamado socialcristiano (Jaime Nebot) le parece mal el aumento del IVA hoy y le pareció bien el aumento del IVA por parte del presidente León Febres-Cordero, y que el exitoso alcalde Febres-Cordero hiciera que todos los guayaquileños paguen el impuesto predial a sus casas, ¿a sus departamentos? El primer catastro de las propiedades urbanas de Guayaquil lo hizo Febres-Cordero. ¿Y qué significaba esto? Cobrarles impuestos a los guayaquileños que no los pagaban. ¿Y a qué se debió el éxito de Febres-Cordero y la modernización de Guayaquil? El Guayaquil de hoy no tiene nada que ver, para bien, con el Guayaquil de fin de siglo, es una ciudad moderna.

¿Entonces hay un doble discurso de estos políticos?

De los muchos defectos, de los muchos vicios de la política ecuatoriana, hay uno que destaco: la deshonestidad intelectual. Una cosa es lo que dicen y piensan cuando están en el gobierno y otra cosa es lo que dicen y piensan cuando están en la oposición. Y a esos políticos me referí al contestar la pregunta anterior.

Pero hace un momento usted me destacaba el hecho de que Noboa haya planteado algunas cosas en campaña y que tuvo que cambiar de opinión ya en el poder al ver la crisis que había. Igualmente, estos líderes políticos pudieron cambiar de opinión…

Imaginémonos que el día de mañana el exalcalde Nebot asume la Presidencia de la República. ¿Cómo va a financiarse? ¿Cobrándoles impuestos a los bancos y a los empresarios, que es lo que acaba de hacer y que produce apenas un 10 %, un 20 % de lo que necesita la caja fiscal? ¿Eso haría? Pienso que no. ¿Y si Correa fuera el presidente de Ecuador? Usted y yo le conocemos bien. Habría tenido mayoría en la Asamblea para que le apruebe el aumento del IVA y si no la tenía, habría cerrado o disuelto la Asamblea. Los políticos, sin duda, quieren halagar a los electores, pero hay que ser responsables frente a la suerte del Ecuador, frente a la suerte del pueblo ecuatoriano. El Ecuador en este momento es un país estancado económicamente y estos impuestos aprobados por Nebot y por Correa (a las empresas y a la banca) le van a hacer daño al crecimiento. Los bancos van a prestar menos dinero y si no crece la economía, cae el empleo y aumenta la informalidad.

Volviendo a relevo generacional, el estilo de Noboa es muy informal, de pocas palabras y de muchas redes sociales. La semana pasada lanzó esa mofa al expresidente Correa que se hizo viral cuando anunciaba una posible eliminación de subsidios, y él le respondió con un meme del Chavo del Ocho. ¿Cree que se ha empobrecido el nivel del debate político?

Cada político tiene su marca, su estilo. (José María) Velasco Ibarra jamás se quitaba la corbata y el sombrero, nunca. Póngale al presidente Noboa corbata y sombrero (risas). Los jóvenes hoy son más informales, tienen una cultura diferente, y en eso soy una persona muy abierta. Él tiene una forma de comunicarse muy al estilo de este mundo del internet, del celular, de las redes sociales. Fíjese que el exitoso presidente dictador de El Salvador gobierna con el Twitter y el teléfono celular en la mano.

Pero más allá de las formas, hoy en día ya no se habla de ideologías. Todo es muy práctico, muy superficial, quizás.

Bueno, es que no se le puede pedir ideología a un presidente que nunca ha estado ubicado políticamente en un partido, que no tiene una historia de servicio público, que no ha estado en contacto con la realidad y con los problemas políticos y que probablemente conoció el Ecuador profundo en la campaña electoral.

Bueno, él ha dicho que recorrió el país en las campañas de su papá (Álvaro Noboa).

Bueno, puede haber estado como curioso en las campañas de su papá, pero no ha tenido contacto directo con la gente, con sus problemas y necesidades. Creo que las formas son secundarias, lo importante es si las decisiones que toma son buenas o malas, y a mí me parece que en general han sido aceptadas.

¿Usted le ve futuro a la alianza política que tiene Noboa con socialcristianos y correístas tomando en cuenta que se aproxima la campaña electoral?

El presidente Noboa tiene ahora 35 años. Imaginémonos que no sea candidato en las próximas elecciones, las siguientes se realizarán cuando él tenga 40 años. A esa edad yo fui elegido vicepresidente. ¿Qué quiero decir con esto? Que es un joven que puede esperar. Hoy debe gobernar como creo que lo está haciendo hasta ahora, como un hombre de Estado, no como un politiquero, no como un populista, no como un Correa. Bien, que eso no le dé votos, yo no estoy tan seguro… Digamos que elimina el subsidio a los combustibles, no estoy seguro, pero imaginemos que se vuelve impopular. El país le va a reconocer en unos dos o tres años después el haberlo salvado de una crisis económica de proporciones. Y los políticos debemos tener muchos atributos, pero uno muy importante es ver lejos, no a unos días, sino en los años, en la historia. (I)