Nota del editor: Este perfil es parte nuestras notas exclusivas para suscriptores, pero lo abrimos a todas nuestras audiencias como un aporte a la Democracia a fin de que los electores puedan seguir conociendo a los candidatos que el 20 de agosto buscan la Presidencia de la República.


A diferencia de la sorpresiva invitación que recibió Otto Sonnenholzner para ser vicepresidente de la República, su actual intención de llegar a Carondelet obedece a un proceso, a un plan concebido en los últimos dos años. Y así lo refleja no solo su propuesta de trabajo, de la que él se enorgullece porque asegura que ‘es la única que no tiene errores ortográficos’. También se evidencia desde lo logístico: el candidato se traslada acompañado de una docena de personas, entre amigos, grupo de prensa y personal de seguridad, incluso de un equipo de avanzada que inspecciona previamente los lugares donde este guayaquileño de 40 años tendrá sus caravanas, entrevistas o reuniones políticas.

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Un giro drástico en su vida que no se compara con los días en que frente a un micrófono, en la radio de su familia, analizaba temas económicos y políticos, o cuando dirigía proyectos agrícolas para potenciar los cultivos de limones o la producción forestal de teca en los cantones Pedro Carbo (Guayas) o en la comuna Juntas del Pacífico (Santa Elena), donde se asientan algunos de los negocios de su familia.

”Venimos trabajando desde hace tiempo en un proyecto para el país, desde el 2020; evidentemente, las cosas se adelantaron”, dice este candidato que no está afiliado a ningún partido político, pero que participa en esta contienda presidencial con el respaldo de la alianza Actuemos, formada por los movimientos Avanza y SUMA (Sociedad Unida Más Acción), fundados por Ramiro González, expresidente del IESS en el gobierno de Rafael Correa, y Mauricio Rodas, exalcalde de Quito, respectivamente.

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“A ellos (Avanza y SUMA) les invitamos hace unos siete meses, para tratar de lograr unidad y evitar la dispersión del voto, llegamos a hablar con cinco organizaciones políticas, concretamos con tres, una no fue calificada, pero igual está apoyando”, cuenta Otto, mientras que Javier Orti, presidente de Avanza, dice que el interés político fue algo mutuo: “Él sabía que yo quería y yo sabía que él quería. Él era la persona elegida desde hace años atrás, Otto era nuestra principal prioridad para las elecciones presidenciales del 2021, pero él escogió darle prioridad al tema académico”.

El último año, desde julio del 2022, Otto Sonnenholzner lo ha pasado en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, donde compartió sus conocimientos con la comunidad académica y donde estudió una maestría en Administración Pública, título que se suma al de economista de la Schiller International University, en Alemania y España. “Economista, sí. Yo pensé que iba a estudiar Derecho. En mi época había especializaciones, yo elegí Ciencias Sociales y Comunicación, pero la crisis financiera del 2000 me cambió los planes, quise entender qué había pasado, cómo había pasado y qué hacer para que no vuelva a ocurrir, esa crisis golpeó a mis abuelos, a mis padres”, recuerda Otto, cuya niñez la compartió entre su casa en Urdesa y la ciudad de Esmeraldas, donde nació su madre y donde vivía su abuela.

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Graduado en el colegio Alemán Humboldt, en Guayaquil, y después de titularse como economista en Europa, Otto volvió a Ecuador en 2006. Su padre gerenciaba entonces algunas empresas, entre ellas la inmobiliaria Nolimpre, –la que Otto presidió en septiembre del 2006 con un sueldo de $ 200– y Merit Corp S. A. dueña de radio Tropicana, donde Otto comenzó su faceta de radiodifusor. “Yo hice análisis de política y economía, una hora diaria durante doce años, hasta el 2018″, cuenta este economista que, además, fue gerente de la compañía en 2008, 2009, 2010 y 2011.

En los dos primeros años y en 2011 los resultados económicos de su gestión ‘no fueron los esperados’, señaló en sus informes administrativos. En 2010 la radio tuvo un crecimiento del 7 %. A partir del 2012, con las prohibiciones de la Ley de Control de Mercado, la radio se cambió de amplitud modulada (AM) a frecuencia modulada (FM), en el dial 96,5 y su nueva razón social era Proyectos e Instalaciones SPIN S. A. Otto explicó que el propósito del cambio era bajar el perfil de la emisora de nacional a local y preservar así los negocios de los Sonnenholzner en áreas ajenas a la comunicación.

El candidato Otto Sonnenholzner participa en conversatorios con jóvenes y sectores productivos, en diferentes ciudades del país. Foto : Francisco Verni Foto: El Universo

Desde el 2012 al 2017, Otto fue gerente de SPIN S. A., dueña de Tropicana, y recibía un sueldo de $ 2.000. Durante su gestión en el primer año los ingresos superaron las expectativas, al año siguiente se duplicaron, luego se mantuvieron y en 2017 se duplicaron otra vez, según informes de la Superintendencia de Compañías.

Además de la radio y la inmobiliaria, la familia Sonnenholzner se dedica a la venta de maquinaria agrícola, construcción de infraestructura industrial, consultorías técnica, fiscalización de obras de ingeniería. “Ya no participo de eso, creo que cuando uno está en la administración pública debe alejarse de sus temas privados”, dijo Otto al precisar que un fideicomiso administra las empresas y las utilidades en beneficio de su familia.

Tampoco tiene acciones en la empresa Hersalbar Holding S. A., domiciliada en Costa Rica, afirmó el candidato y también negó ser parte de la firma Holding Grupo TV Cable, que en 2014 estaba domiciliada en las Islas Vírgenes Británicas, considerada paraíso fiscal, y en la que Otto figuraba como director. “Nunca he tenido nada que ver con esa empresa, cuidado se confunde con una empresa homónima”, dijo y más tarde agregó: “Pude haber sido director, pero no accionista, no que yo recuerde”.

Su patrimonio se estima en $ 4,9 millones, $ 1,3 millones más que cuando asumió la Vicepresidencia, aumento que él atribuye a una “revalorización de sus activos inmobiliarios debido a ajustes que hacen los municipios”. “La mayoría de mi patrimonio es inmobiliario, bienes en todo el país, yo no trabajo para contar plata, yo trabajo porque me gusta hacer cosas, hay gente que le gusta contar plata, me aburre. Nuestro patrimonio está para servir y generar empleo”, dice Otto, quien ha pagado $ 201.113 en impuestos entre 2016 y 2022.

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Otto ‘Sauces nueve’, como jocosamente le dicen y cuyo apodo él acoge celebrando la creatividad de los guayaquileños, se dio a conocer en diciembre del 2018, cuando integró la terna para ser el tercer vicepresidente de Lenín Moreno. “Me cayó de sorpresa (la propuesta), yo no era parte de ese partido, todo lo contrario. Lo había entrevistado (a Lenín) un par de veces, si lo había visto cuatro veces en mi vida era mucho”, recuerda Otto.

El 11 de diciembre de 2018 y en ausencia del presidente Moreno, Otto se posesionó como vicepresidente. Aunque no hubo delegación de por medio, durante cinco días fue la máxima autoridad del país, hasta que el presidente retornó y le encomendó dirigir el Acuerdo Nacional 2030, un plan para lograr consensos con sectores de la educación, empleo, seguridad o democracia, para una mejor gobernabilidad.

Otto Sonnenholzner, candidato a la Presidencia, en una reunión con los simpatizantes del movimiento #SigueOtto. Foto Cortesía

”Todo pasó a un segundo plano porque tuvimos las protestas de octubre (2019) y en picada la pandemia (2020)”, lamenta Otto, sin dejar de mencionar que del Acuerdo 2030 se derivaron reformas que permitieron la aprobación de la ley de Economía Circular, también destaca su trabajo en la promoción de inversión. “De hecho 2018, 2019 y 2020, incluido pandemia, fueron años buenos en inversión extranjera, hoy más bien no hay nada”, comenta quien fue cabeza del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) en la pandemia de COVID-19.

Su entonces jefa de despacho, Viviam Fiallo, recuerda las jornadas de “trabajo constante y arduo”, que vivió con el entonces vicepresidente, y “actuando directamente en territorio”. Sus constantes recorridos en los hospitales y sus cadenas destacando la imagen del Gobierno, en medio de una pandemia que rebasó todos los esfuerzos, provocaron críticas en su contra, incluso denuncias en redes sociales que lo acusaban de peculado junto a exfuncionarios de quienes se decía ‘eran dueños de siete hospitales’.

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“Yo mismo lo denuncié, esas mafias están poniendo plata porque saben que les vamos a dañar la fiesta”, afirma Otto y niega la cercanía con ‘parientes lejanos’ investigados por corrupción en los hospitales públicos. “Me quieren asociar con una familia que me ataca todo el tiempo, a mí me pueden investigar todo”. La Fiscalía archivó el caso por supuesto peculado en junio pasado.

En pandemia, Otto aclaró que no tenía pretensiones electorales sino que visitaba los centros médicos para verificar que haya medicinas. “No soy candidato a nada, no soy un político y creo que nunca lo seré”, recalcó entonces. En julio del 2020 renunció al cargo de segundo mandatario.”Nunca fui un vicepresidente conspirador, tampoco iba a ser un vice de adorno, fui un vicepresidente de acción y eso tuvo una repercusión en quienes aspiraban a una participación política en el 2021, hicieron presión en el gobierno y el gobierno cedió para que me vea impedido de trabajar, y yo agradecí, porque no me iba a quedar cobrando sueldo sin hacer nada, esa es la historia”.

Fuera del gobierno él dice que continuó con las ayudas a los afectados por la pandemia, pero también arrancó su plan de ser presidente, algo que su amigo Pedro Pablo Duart asegura que le vaticinó hace 20 años, cuando caminaban juntos en España, donde ambos estudiaron: “Ha estado preparándose para liderar el país y confío que así va a a ser”. (I)