A una sentencia de tres años fue condenado Jorge Andrés C. por el delito de abuso sexual contra un adolescente.

La invitación a jugar un videojuego fue el pretexto para que el chico, de 17 años, fuera a la casa del agresor. Ahí le dio de tomar alcohol hasta hacerle perder el conocimiento y cometer el delito.

Según Fiscalía, el delito ocurrió en enero del 2020 en un conjunto habitacional ubicado en la parroquia Calderón, en el norte de Quito.

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El testimonio anticipado que fue rendido por el muchacho guardó coherencia con el resto de pruebas practicadas en la audiencia de juicio desarrollada en el Complejo Judicial Norte, indicó Fiscalía.

Otras evidencias fueron el testimonio de la madre del adolescente, quien aseguró que tras el delito, el comportamiento de su hijo cambió.

Fue ella quien formalizó la denuncia tras enterarse, cuatro meses después, de lo que ocurrió en la casa de su vecino.

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Según ella, durante ese tiempo, el adolescente guardó silencio, pero hubo cambio de actitud, sumado al declive en su rendimiento académico y al repentino consumo de licor, lo que le llevó a sospechar que algo no estaba bien y logró que contara lo sucedido.

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Los daños emocionales fueron evidenciados con una pericia psicológica practicada a la víctima.

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A esa prueba se agregó la pericia de trabajo social, que determinó una afectación a nivel familiar, pues tuvieron que mudarse del domicilio en el que vivieron varios años para evitar encuentros entre la víctima y el victimario.

Una pericia de rasgos de personalidad practicada al procesado también fue presentada.

Parte de la sentencia incluye el pago de una reparación integral a favor de la víctima, además de una multa de diez salarios básicos ($ 4.500). (I)