No hay nada más decepcionante y penoso para todo un pueblo que constatar que quien alguna vez dirigió los destinos de su país es una persona con muy poca capacidad de razonamiento, que se aferra a dogmas y que encarna berrinches infantiles.

Es ya repetitivo que el expresidente Correa y la excandidata presidencial Luisa González mencionen el tema de la tinta transferible. Esto lo hacen luego de que ellos mismos reconocieran que ese reclamo no tenía futuro.

Ya no lo mencionemos

Han sostenido que se basan en el informe de la delegación de observadores de la OEA, y, sin embargo, nos preguntamos: si esto es cierto y la delegación de la OEA lo considera válido y contundente, ¿por qué la delegación de la OEA no pidió la nulidad de las elecciones en Ecuador?

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Ni siquiera los aliados como RETO o Pachakutik han salido en defensa de esta absurda pretensión. Hasta donde conozco, la delegación de la OEA, luego de la alharaca que hicieron Rafael Correa y Luisa, dijo que lo que ellos observaron, en casos aislados, fueron manchas de tinta en algunas papeletas, lo que lógicamente no constituye prueba alguna de fraude.

Los ilógicos y su lógica

Tampoco hemos visto inconformidad en la parte de la población que votó por Luisa González, ni tampoco pronunciamientos serios en contra de los resultados. (O)

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Guayaquil