Operativos policiales y militares las 24 horas diarias en Esmeraldas y todas las provincias del Ecuador, pide la ciudadanía al Gobierno nacional. Foto: El Universo

Ha calado muy profundo en la humanidad el audaz e irritable dolor infligido por el sicariato en nuestra patria. Muertos por ajustes de cuentas entre las mafias; irrespeto a las casas de salud, lugar de ponderación; varios incautos transeúntes heridos; calles por donde transitamos teñidas de sangre; cadáveres esparcidos, desmembrados; policías muertos, heridos por balas asesinas; huérfanos, y viudas sin el sustento diario para alimentar a sus hijos.

¡Por Dios, señor presidente del Ecuador, ya basta de la depravación; ponga fin a la barbarie con toda decisión! Con mayor vigor utilice a la gendarmería que patrulle las urbes, vestida de civil, no uniformada, pero sí bien equipada..., de esta manera se precautelará la vida, el don divino que Dios nos privilegió...

¡Adelante. señor presidente! Mi Ecuador, pueblo sano, generoso, lo está mirando, y los turistas, especialmente; existe un infiernillo, tierra del terror, pues sí, en Guayas, Esmeraldas, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas, El Oro, Manabí y en más provincias, la miseria humana fruto del sicariato ha sembrado el caos, la tiranía y el sollozo. (O)

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Carlos Aquiles Vicuña Prieto, contador, Quito