El ser humano es mayoritariamente emocional y territorial. Se divide por manadas de pertenencia. Un importante porcentaje de la población es militante de los suyos de forma irracional. En el terreno ideológico tenemos un problema evidente. El señor que preside el país conoce de esta afinidad identitaria ideológica y juega a su antojo con ella.

Pedro Sánchez asegura que se mantendrá en el poder pese a llamado a su esposa para declarar en juzgado

Pero el problema no es del que nos vende la toxicidad, la traición empieza en cada uno de nosotros. Cuando nos vendemos por un interés y olvidamos la moral y la ética de todos. Nos ofrecen derechos y saltamos de gozo, pero olvidamos que la obligación es imprescindible en la ecuación. Que lo que dan a unos se lo quitan a otros. Hemos visto cómo, en otras sociedades, esa traición, esa negación de la realidad, lleva siempre al caos, al sufrimiento y al dolor. Yo ni me vendo ni compro nada, quien lo hace se traiciona y lo sabe. Quien apoya su ideología en contra de la convivencia de todos es igual de fascista que el contrario que dice combatir. (O)

Pablo Fuentes Cid, Valladolid, España