“¿Una imagen vale más que mil palabras?”. Richard Posner hace una pregunta retórica. Los abogados piensan que cuanto más escriben en sus escritos, mejor defienden a sus clientes. Posner, el juez, no está de acuerdo. Se queja de recibir escritos de apelación sin imágenes, mapas, objetos o diagramas, cuando estos podrían ser útiles para comprender los hechos en disputa.

El punto de Posner es especialmente importante en nuestros días. En un futuro no muy lejano, los jueces van a ser mileniales que crecieron usando YouTube, Instagram y TikTok. Jueces que crecieron en un mundo visual. Toda una generación que pone un gran énfasis en el contenido visual. Internet y las redes sociales han cambiado la forma en que las personas aprenden y se expresan, y los futuros jueces serían el resultado de ese cambio. Los abogados deben adaptarse. Deben prepararse para presentar sus casos ante estos jueces. Tendrán que usar herramientas visuales, porque estas son las herramientas que los jueces van a esperar.

¿Juzguemos a los jueces?

Entonces, ¿cómo pueden adaptarse los abogados?, ¿cómo pueden presentar sus casos en un mundo cada día más visual?, ¿qué tipo de preparación necesitan? Una forma en que se podría responder a estas preguntas es mirando hacia otros campos del conocimiento que han estado trabajando con contenidos visuales. La sugerencia obvia es responder a estas preguntas buscando ayuda en la cinematografía.

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Los abogados, al narrar los hechos de su caso, deben contar una historia. Los cineastas han desarrollado la habilidad de contar historias que tuvieron lugar en el espacio de años en solo un par de horas. En 2001: Odisea al espacio, de Kubrick, por ejemplo, un hueso utilizado como arma de preferencia por un neandertal se convierte en un cohete espacial que va rumbo a una misión interplanetaria.

Los abogados deben tomar muy en serio el consejo de Posner. Deben incluir imágenes, mapas y gráficos en sus escritos...

Una cosa importante es el orden en el que se ha de contar la historia. La intuición va a ser contar la historia de forma cronológica. Pero hay otras formas de hacerlo. En El Padrino, por ejemplo, Coppola decidió contar la historia de Vito Corleone al mismo tiempo que contaba la historia de su hijo Michael. Esta dinámica lo ayudó a detectar las similitudes y diferencias entre los dos personajes. Al usar esta técnica, Coppola no solo podía contar una historia de 30 años en un par de horas, sino que también podía hacer que la audiencia se pusiera del lado de Vito, pero fuera más escéptico sobre Michael. El abogado litigante podría aprender algo de Coppola. Podría presentar su caso de responsabilidad civil mediante un flash back y flash forward comparando las acciones de la víctima y del responsable.

Los abogados deben tomar muy en serio el consejo de Posner. Deben incluir imágenes, mapas y gráficos en sus escritos cuando estas herramientas ayuden a que sus argumentos sean más claros. Deben verse no solo como expertos en doctrina jurídica, sino también como narradores de historias. Y en el rol de narradores pueden buscar ayuda a las técnicas que los cineastas han desarrollado a lo largo del tiempo. Bien pensando, las facultades de derecho deberían incluir cursos de cinematografía. (O)