El país se deteriora a pasos agigantados, pero no se puede culpar al Gobierno de turno o a los Gobiernos de manera individual. Existe un horizonte temporal que ha marcado un declive pronunciado de la situación económica del país, y esto ha conllevado a una fractura ya no solo financiera, sino social y de identidad del Ecuador.

Existen muchas cifras que proporcionan el peso estadístico a las palabras que expreso en el primer párrafo; no obstante, la finalidad con la que escribo este artículo no es analizar en qué periodo se acentuó más la crisis, sino llegar con un mensaje a los lectores de que es tiempo de que nos despertemos, que dejemos el letargo y hagamos valer nuestros derechos, no mediante paros o manifestaciones que solo agravan la crisis del país, ni derrocando Gobiernos usando la fuerza bruta.

Focalización y liberalización

Enfoquémonos en tener gobernantes y administradores del sector público capaces, que sean verdaderos líderes para desenterrar del hueco en el que se encuentran las empresas públicas del país. Es un mito que lo privado es mejor que lo público, o viceversa; lo que existe es sin duda un mal manejo de las empresas por corrupción, pero sobre todo por ineficiencia y tramites burocráticos extensos. Los administradores, gerentes, asambleístas, presidentes y demás dignidades no solo deben ser ecuatorianos; se les debe exigir una formación académica acorde al cargo y una experiencia laboral en el área en donde se van a desempeñar. Es cierto que esto no asegura que sean administradores eficientes, pero al menos tendrán noción del lugar en que se van a desempeñar.

Junio negro

Posteriormente, se le debe exigir a cada dignidad elegida de manera popular un plan de trabajo y gobierno real, que sea revisado por expertos probos, para que cuando un gobernante llegue a sentarse no se escude en que el pasado fue nefasto y esa sea la razón de su mal desempeño. Este plan de trabajo debe tener un análisis real de la situación actual y objetivos medibles. Si al final del periodo al menos un 60 % de estos no han sido alcanzados, no se le debe permitir volver a tener un espacio público, porque sucederá lo que nos pasa hoy día, que tenemos políticos de años que no han hecho absolutamente nada.

Luego de estas dos acciones, de pedir requisitos y de revisar y calificar el plan de trabajo, debemos eliminar la burocracia. Usted, querido lector, se preguntará por qué no superamos las crisis técnicas del país, como la energética, de combustibles, entre otras;

pues resulta que si se dañó un tornillo y de ese tornillo depende un generador, usted deberá esperar cuatro meses para adquirirlo. A nivel de equipos mayores que no se fabrican en el país, deberá esperar un año o al menos seis meses. ¿Es viable una administración con este sistema?

Aun subiendo todos los impuestos y eliminando los subsidios, el país no va a superar la crisis porque esta no deviene solamente del déficit económico, sino de ineficiencia de administradores públicos, que no tienen la menor idea de lo que administran ni de cómo funciona el sistema. Pero mientras no les pongamos un alto como ecuatorianos, las veremos en distintos gobiernos con otra camiseta y causando el mismo daño. (O)