La prueba más fehaciente de que el correísmo es un veneno para el Ecuador es la conducta de los correístas de UNES y sus aliados en la Asamblea Nacional que los muestra irracionales, fanáticos, sordos, alzamanos, arrogantes elevados a la n potencia, mediocres, cretinos, incapaces de hablar con coherencia, mentirosos. No buscan el beneficio del país sino el del supuesto gran líder que está en Bélgica prófugo de la justicia, enfermo también con los síntomas de sus seguidores locales. Ante el país los correístas han evidenciado, una vez más, que no les importa ni la ley, ni los procedimientos, ni la verdad, ni la justicia.

La leyenda de la gran obra pública de Rafael Correa ya no se sostiene si se recuerda la maquinaria destructiva de la institucionalidad democrática que trajo el expresidente. El correato por dentro es el subtítulo del libro La revolución malograda, de Mónica Almeida y Ana Karina López, que analiza cuánto desperdicio económico, social y político produjo Correa. Si se observa el interior del correísmo –y no la alharaca de su propaganda–, se comprenderá lo peligroso que este es para la salud del país. El libro La utopía reaccionaria: radiografía del relato correísta (Quito, Pescadito Editoriales, 2023), de Simón Pachano, también sigue este empeño.

El correísmo, un movimiento camino a la extinción: el análisis que hace el politólogo Simón Pachano en su libro ‘La utopía reaccionaria’

Con maestría argumentativa, Pachano va desmontando los supuestos logros del proyecto correísta que, a fin de cuentas, significó un periodo de retroceso en los derechos de los ecuatorianos; por eso, a pesar de montarse sobre un ideal romántico –aunque distorsionado– de la izquierda latinoamericana, Correa en realidad implantó una utopía reaccionaria sostenida en un proyecto económico y político inviable. La elección –dudosa– de Lenín Moreno como presidente fue para que Correa controlara a control remoto a su sucesor, cuestión que falló por el papel del vicepresidente Jorge Glas en los esquemas de corrupción.

‘Nuestra mejor fuente fue Rafael Correa’. Mónica Almeida y Ana Karina López, autoras de ‘La revolución malograda. El correato por dentro’.

Varias estrategias caracterizaron los gobiernos de Correa: someter la legalidad a la legitimidad; no comunicar sino hacer publicidad...

Varias estrategias caracterizaron los gobiernos de Correa: someter la legalidad a la legitimidad; no comunicar sino hacer publicidad; colocar los derechos colectivos en el mismo nivel que los individuales; menoscabar el Estado de derecho en un Estado constitucional de derechos que hizo que lo que importara fuera el gobierno presidencialista y no el Estado ni la sociedad; monopolio de la palabra y libertades individuales coartadas; machismo ejercido desde el poder; narcisismo y mesianismo revolucionarios. En fin: por fuera, prédica revolucionaria alentada por “un guevarismo de guitarreo”; por dentro, delirante utopía reaccionaria.

El libro de Pachano es una extraordinaria contribución para mantener los ojos abiertos ante la amenaza correísta, pues la revolución ciudadana “no era un programa de afianzamiento de la maltrecha democracia. Era la sustitución de esta por un régimen vertical, supuestamente protector, que veía un peligro en la sociedad activa, organizada, cuestionadora. La prédica revolucionaria se quedó en palabras que colisionaron con la realidad no solo de los hechos, sino sobre todo de las normas. La Constitución quedó como el testimonio delirante de una utopía reaccionaria”. La radiografía del correísmo es un relato de terror. (O)