La palabra dictador identifica a una persona que se arroga todo el poder político y, apoyado por la fuerza, lo ejerce sin limitación jurídica (DRAE). Su sinónimo es tirano, déspota o absolutista. Se relaciona con alguna ideología, abuso de autoridad y un duro trato a los demás.

Maquiavelo, filósofo y político italiano del siglo XVI, en su obra El príncipe, utilizó el término “absolutista” para el gobernante que en situación de crisis esté dispuesto a ser despiadado para mantener el poder y orden, incluso cometer actos crueles e injustos; o, a ser prudente y capaz de tomar decisiones sabias calculando los riesgos y beneficios, además flexible para adaptarse a las situaciones cambiantes. Tal parece que en el siglo XX y primeras décadas del XXI, los dictadores aplicaron y aplican términos despiadados, imprudentes e inflexibles, llevando a la muerte y desplazamiento de millones de personas. Su final es el derrocamiento y/o la muerte. A continuación ejemplos:

En Europa, algunos dictadores fascistas-nacionalistas: Benito Mussolini (Italia), que fue fusilado en 1945; Adolf Hitler (Alemania) se suicidó en 1945; Francico Franco (España) murió en 1975; António de Oliveira Salazar (Portugal) dejó el poder antes de su muerte en 1970. En Europa del Este, los dictadores socialistas-comunistas como: Nicolae Ceaușescu (Rumania), ejecutado en diciembre de 1989; Erich Honecker (Alemania del Este) renunció en octubre de 1989; Gustáv Husák (Checoslovaquia) renunció en diciembre de 1989...

En América Latina, varios dictadores nacionalistas o anticomunistas como: Juan Perón (Argentina), que fue derrocado en 1955; Rafael Trujillo (República Dominicana) asesinado en 1961; Somoza (Nicaragua) derrocado en 1979; Pinochet (Chile) entregó el poder en 1990, después del plebiscito de 1988. Hoy, existen dictadores, comunistas-socialistas como: Díaz-Canel (Cuba), Ortega (Nicaragua), Maduro (Venezuela), que mediante fraude electoral quiere permanecer en el poder. En Ecuador, el socialismo del siglo XXI-progresismo se disfrazó de democracia en el exgobierno de Correa, delegó el poder al expresidente Moreno, quien se alejó del socialismo y del caótico destino de Venezuela.

Es necesario indicar algunas causas que alimentan la existencia de un dictador: la crisis económica, pobreza y desigualdad; debilidad del Estado ante los conflictos sociales, políticos y étnicos; gobiernos democráticos ineficaces; intereses geopolíticos de naciones extranjeras.

También hay que tomar conciencia de las consecuencias de permitir que un dictador gobierne, algunas son: restricción de los derechos humanos, libertad de expresión, reunión y otros; persecución, encarcelamiento, tortura y ejecución a opositores; corrupción e impunidad; concentración del poder económico; aislamiento y sanciones internacionales y; manipulación de la historia glorificando su imagen.

En conclusión, un dictador es absolutista, tirano y déspota, con poder es despiadado y causa muerte, pobreza y éxodo de la población. La historia relata los excesos de dictadores que terminaron ajusticiados por el pueblo oprimido. Para los venezolanos y latinoamericanos libérrimos deshacerse de un dictador debe ser el propósito permanente. (O)