Existe una peligrosa descoordinación entre el poder Legislativo y el Ejecutivo en cuanto a las reformas constitucionales que permitan y regulen el apoyo que puedan brindar las Fuerzas Armadas a la Policía Nacional para combatir al crimen organizado.

En efecto, cuando la Asamblea Nacional aprobó, el último diciembre, a pedido del anterior presidente, la reforma constitucional para que las Fuerzas Armadas presten ese apoyo a la Policía, el actual presidente envió a la Corte Constitucional sus propias propuestas de reforma con la misma intención, aunque no sean idénticas.

El presidente Daniel Noboa al ver que sus propuestas reformas le parecieron insuficientes a la ciudadanía, envió otras nueve.

De acuerdo con lo establecido en la Constitución, las reformas aprobadas por la Asamblea Nacional deben someterse, obligatoriamente, a referendo, para su aprobación o no por parte de la ciudadanía; el CNE tiene 45 días de plazo para hacerlo. Esto es inevitable. Las preguntas del presidente, las primeras y las segundas, deben ser analizadas por la Corte Constitucional y, en el plazo de 20 días, debe aprobarlas, negarlas o sugerir cambios. ¿Cómo salir del laberinto, sabiendo que la reforma de la Asamblea Nacional tiene que ser sometida obligatoriamente a referendo?

Para complicar todavía más las cosas en medio de todas estas propuestas para hacer más expedita la cooperación entre militares y policías para combatir al crimen organizado, uno de los principales presos en nuestras cárceles escapa en las narices de todas las nuevas autoridades, lo que disminuye el prestigio del nuevo Gobierno y lo debilita ante la consulta.

La fuga, desaparición, lo que sea, del famoso Fito, aun cuando fuera capturado, deja evidente que el presidente debe cambiar de colaboradores, debe contar con expertos en materias de seguridad.

En la prensa se han publicado los perfiles profesionales de quienes ocupan esas funciones: empresarios a cargo de la inteligencia militar y Policía; del mismo origen en otras funciones como subsecretarios de seguridad en el Ministerio del Interior; un experto en materias deportivas de seguridad personal en el Ministerio de Defensa. Existen en el país expertos en esta materia. Si el país está sometido a estados de excepción por fallas de los actuales funcionarios, es justo y necesario que el presidente cumpla el dicho de zapatero a tus zapatos y se pida la colaboración de personas experimentadas, conocedoras de las materias de seguridad; personas que conocen cuáles son los carteles de la droga aquí y en el exterior; son estas materias que no se improvisan; los nuevos funcionarios no pueden entender los informes que les traen sus subordinados, y por supuesto, carecen y carecerán de iniciativas. La población está sufriendo por los múltiples atentados en diversas zonas del país. Ya se está considerando el volver a clases no presenciales.

Tal vez fue un error el tratar el asunto del reo desaparecido como un asunto de Estado, llamando a reunión de emergencia del Consejo de Seguridad, lo que alarma: era un asunto policial. (O)