Hoy se inicia la Copa Mundial Femenina. Australia y Nueva Zelanda acogen a 32 naciones, 732 jugadoras y 94 árbitras para tomar el pulso al avance de la calidad de fútbol y el rendimiento de la mujer a través de 64 partidos, un deporte que se ha convertido en un habilitador de cambios sociales y que integra con mayor intensidad un enfoque de derechos fundamentales en su filosofía deportiva. En esta oportunidad el Mundial Femenil priorizará dos grandes ambiciones hacia la igualdad de género: impulsar la equidad salarial y prevenir el abuso sexual contra las mujeres en el deporte.

Jueza ecuatoriana Mónica Amboya, designada como asistente para el Mundial Femenino Australia y Nueva Zelanda 2023

Si bien nuestra selección ecuatoriana feminil no competirá en la Copa del Mundo, sí tendremos una representación nacional a través del arbitraje. Los países de Latinoamérica que jugarán por la Copa son Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Haití y Panamá. Seis países que representan una región marcada por una persistente desigualdad de género, que se evidencia también en el deporte a través de cuatro factores: los estereotipos de género y discriminación, la falta de recursos para financiar entrenamiento técnico e infraestructura, la brecha salarial y profesionalización, y la falta de visibilidad y representación.

La cobertura deportiva influye directamente en las normas y estereotipos de género, donde los medios de comunicación tienen la responsabilidad de promover una cobertura equilibrada de los deportes de hombres y mujeres, así como una representación justa de los deportistas, independientemente de su sexo. Sin embargo, la FIFA ha alertado que mientras las emisoras pagan entre 100 y 200 millones de dólares por la Copa Mundial masculina, solo ofrecen entre uno y diez millones por la Copa Mundial femenina. Un llamado de “justicia y respeto” es la primera jugada de este mundial que compromete a la industria del deporte, la comunicación y el entretenimiento a cumplir estándares de equidad ante sus audiencias, el mercado y la sociedad.

Francisco Egas: Dolorosa eliminación de la selección femenina; merecimos mejor suerte

Pese a que una de las principales fuentes de financiamiento del Mundial viene de los derechos de transmisión, este Mundial avanza gradualmente por la equidad económica; en esta novena edición se han invertido en su organización 160 millones de dólares, triplicando así la cifra del Mundial de 2019; por primera vez cada jugadora campeona recibirá $ 270.000 y la selección que alcance el oro recibirá

$ 4′290.000. El campeonato contempla una remuneración récord por cada jugadora de acuerdo a la instancia en la que llegue su equipo en el torneo, que parte de los $ 30.000 por jugadora.

El Mundial dará prioridad a la prevención del abuso sexual, verbal y emocional contra las mujeres, a través del despliegue de programas de protección dirigidas a las participantes y aficionadas: se contará con oficiales de protección y bienestar de las jugadoras y asistentes, se habilitará un sistema digital para reportar de forma anónima el abuso y se activará un monitoreo de abuso en internet contra las jugadoras.

El lema de este Mundial es “Grandeza sin límites”; cada gol que se marque en estos 30 días fortalecerá un marcador de equidad que reclama visibilidad, respeto y justicia. (O)