La decisión del presidente Daniel Noboa ante el riesgo “de fuga inminente” de Jorge Glas, solapado por la Embajadora de México, quien lo iba a llevar en su avión, como asilado político, ha volado por el mundo como reguero de pólvora, y se ha contado la única parte de esta historia, que es la de López Obrador, quien se siente ofendido por el allanamiento de su embajada en Quito.

La otra parte de la historia yo se las resumo. Jorge Glas es un delincuente y está sentenciado como tal, y en diciembre pasado, con artimañas tramposas, salió de la cárcel, y se fue a la Embajada de México. No era un perseguido político, era un delincuente sentenciado y la embajada le dio hospedaje, no asilo, pues el derecho internacional prohíbe dar asilo a delincuentes, y allí había permanecido hasta el 6 de este mes.

México nos sanciona

Pero todo se inicia cuando públicamente el presidente Andrés Manuel López Obrador, con su característica falta de conocimiento y tacto, indica en un foro abierto, que la derecha ecuatoriana está implicada en el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, pues esta tramó este macabro hecho, para que la candidata del RC5, que según él iba a ganar, no gane las elecciones presidenciales, sino el candidato Noboa, quien en encuestas estaba en cuarto lugar, ofendiendo a nuestro presidente, a todo el pueblo ecuatoriano y violando el principio del derecho internacional de “no intervención en la política de los pueblos”.

El presidente Noboa con toda razón responde ante tal acusación y pone en su puesto a López Obrador solicitando a la embajadora de México que salga del país.

Supuestamente, la inteligencia militar se enteró de que el prófugo Glas iba a escapar en el avión junto con la embajadora y Noboa con una riesgosa, pero acertada decisión lo impide. Los militares ingresan a la embajada, sacan al delincuente, y lo mandan a la cárcel de alta seguridad La Roca. Entonces los prófugos de Ecuador saltan y piden a López Obrador que rompa relaciones con Ecuador y que lo demande en las cortes internacionales, el principal personaje que pedía esto era el expresidente de Ecuador Rafael Correa.

Creo que todos debemos apoyar al presidente Daniel Noboa respaldando su decisión de haber metido a la cárcel a Glas. Yo le pregunto a todos los diplomáticos del mundo, ¿si es moral que se impida esta fuga que iba a ser una afrenta y burla a nuestro país? Les pregunto también: ¿ustedes dejarían que un ladrón que ha robado en su casa, y que se está escapando por la casa de su vecino, acaso no lo detendrían? (O)

Eleana Endara, ingeniera comercial, Guayaquil