Las “juventudes y culturas” se refiere a la interacción entre las juventudes, que generalmente abarca el periodo de la vida entre la niñez y la edad adulta temprana, y las diversas manifestaciones culturales en una sociedad. Las culturas como fenómeno de masas abarcan las normas, valores, creencias, tradiciones, expresiones artísticas, estilos de vida y formas de comunicación que caracterizan a un grupo de personas. Su relación es una parte importante de cómo las generaciones más jóvenes se relacionan con el mundo que les rodea y cómo influyen y son influidas por él.

Los jóvenes a menudo buscan construir su identidad personal y social, y la cultura desempeña un papel crucial en este proceso. Pueden explorar sus raíces culturales, adoptar elementos de diferentes culturas y crear nuevas formas de expresión que se ajusten a sus identidades únicas. Los jóvenes son conocidos por ser innovadores y creativos en su forma de expresarse. Han crecido inmersos en la era digital. Las redes sociales, los videojuegos, los memes y otras formas de comunicación en línea han moldeado la forma en que interactúan y expresan su cultura. Muchos jóvenes en el país están construyendo formas emergentes de organización, a partir de las cuales están cuestionando, expresando intereses, preocupaciones, problemáticas, elaborando productos culturales, pero sobre todo proponiendo cambios en temas muy específicos.

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De ahí la importancia de comprender su rol de participación en estas elecciones; por lo expuesto para muchos jóvenes, la práctica de lo político ya no se encuentra en las instituciones de organización política por excelencia, esto es, los partidos, líderes políticos y las elecciones, sino en un ámbito que los trasciende. Para estos jóvenes, la práctica de lo político pasa en buena medida por el arte, la cultura y las formas emergentes de organización social en el barrio, la comunidad y los espacios apropiados; en estas votaciones demostraron que quieren propuestas y soluciones.

Comprender que sus sueños no caben en las urnas es vital, por eso los jóvenes tienden a apoyar a candidatos que aborden problemas que les preocupan, como el acceso a la educación de calidad, acceso al espacio público, la atención médica asequible, el empleo juvenil, al arte y la acción climática.

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Así también por qué la exigibilidad y el ejercicio de los derechos culturales se han convertido, para esos mismos jóvenes, en herramienta para la construcción de ciudadanías; porque son esenciales al permitir que las personas se identifiquen plenamente con su cultura, participen en la vida pública, promuevan el diálogo intercultural y respeten la diversidad. Esto contribuye a una sociedad más inclusiva, tolerante y democrática.

Soy una convencida de que el derecho al arte y la cultura juega un rol preponderante en el desarrollo de mujeres y hombres, pero sobre todo en la generación y regeneración del tejido social, en las formas de organización comunitaria y en la construcción de identidades; es entonces el ejercicio de los derechos culturales un elemento vital para la construcción de la paz y de nuevas formas de convivencia. (O)