En diciembre del 2023, Elon Musk dijo textualmente: “El colapso poblacional debido a las bajas tasas de natalidad es un mucho mayor riesgo para la civilización que el calentamiento global… recuerden estas palabras”.

La realidad de la inversión de la pirámide poblacional, y sus consecuencias sobre las sociedades especialmente de occidente, y de la China, el Japón y Corea del Sur, es de un dramatismo impresionante.

Se proyecta que para el año 2100 la población de la China va a ser de 700 millones de habitantes, la mitad de lo que era al inicio del sigo XXI. Cada vez más las sociedades tienen una pirámide poblacional con más adultos mayores y menos jóvenes.

Las consecuencias de esto no son simples y para Elon Musk y muchos otros pone en riesgo la supervivencia misma de la humanidad.

Las fábricas de pañales para bebés tendrán que hacer cada vez más pañales de adultos. Las fábricas de juguetes tendrán que transformarse en fábricas de aditamentos para personas de la tercera edad. Las casas tendrán que ser adecuadas (baños, cocinas y dormitorios) para los adultos mayores.

Los sistemas de pensiones, quebrados por esta realidad demográfica, tendrán que reformarse profundamente, con un costo altísimo sobre las sociedades, y lo más duro todavía, cuando la población económicamente activa siga cayendo, entonces habrá que aumentar en forma dramática la carga tributaria sobre quienes pagan impuestos, para poder sostener a una cantidad de ancianos cada vez mayor.

Toda la sociedad tendrá que reorientarse a una realidad que jamás antes existió: que los ancianos sean muchos más que los otros segmentos de la población.

¿Qué estamos haciendo en el Ecuador sobre este tema? ¿Tenemos políticas que estimulen la natalidad, para por lo menos llegar a un 2,2 % que es lo mínimo para garantizar la supervivencia de una colectividad? ¿Tenemos alguna discusión sobre los sistemas de pensiones, para que reconociendo que la variable más determinante de esos sistemas es la demografía hagamos ya los cambios que se necesitan en forma urgente?

El Ecuador es cortoplacista, y en nuestro país, que tiene una idolatría y devoción a la improvisación y a la irresponsabilidad, estamos muy cerca de un colapso de los sistemas de pensiones, seguimos ignorando las terribles consecuencias económicas políticas y sobre todo sociales del posible colapso del sistema.

El mundo escogió el camino del invierno poblacional. El invierno destruye todo tipo de cosecha. La naturaleza es sabia, y luego del invierno viene la primavera, donde se siembra y se renuevan las esperanzas. El problema del invierno poblacional es que no se ve una primavera adelante.

En cuanto a nuestro sistema de pensiones, pedimos al presidente del Consejo Superior del IESS que nos diga con toda franqueza: ¿hasta cuándo el fondo de Invalidez Vejez y Muerte puede pagar las pensiones de los ecuatorianos si no hay una gran reforma? La respuesta debe considerar la realidad que el Estado no tiene ni puede pagar el 40 % de las pensiones como está prescrito en una ley hecha hace muchas décadas, con otra realidad poblacional. (O)