En uno de sus múltiples milagros, Jesús le dice al paralítico: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Y el evangelio de san Juan narra como aquel hombre que no había podido hacerlo caminó.
El Ecuador ya necesita de un milagro así. Es un país paralítico, ya permanente, no temporal, y próximamente cuadripléjico, porque así le gritan sus élites políticas. Lejos de decir, Ecuador, “levántate toma tu lecho y anda”, el discurso y el accionar político, la forma de hacer las cosas en el país gritan a esta sociedad: “Estáncate, arrodíllate, cae, y no te levantes más, no camines, no te muevas, sino más bien anda a la inanición”.
Se ha creado un sistema de privilegios, de subsidios, de ineficiencias, de corrupción, en el cual ya los ecuatorianos hemos perdido la fe, y tal vez solo esperemos un milagro del calibre de los que hacía el mismo Jesús, para recuperar la esperanza.
En la Comisión de Fiscalización se cuestiona el informe mismo, indicándose inclusive que fue redactado fuera de la Asamblea y por grupos interesados, la falta de solidez de los argumentos, que finalizan en lo mismo de siempre, “no importa son los votos los que cuentan”, nos hacen ver que se trata de una forma de hacer política caníbal que viene por décadas carcomiendo al país. Porque caníbal es también la aparente estabilidad de unos años, donde se ordenaban sentencias, se prohibía a los jueces darle la razón a cualquier persona o institución que litigara contra el Estado, se perseguía a los opositores con un ropaje falso de democracia, y se terminó despilfarrando la oportunidad dorada de una década de los mejores precios de las materias primas, y las mejores condiciones de la economía mundial para salir adelante.
¿Lo negativo o lo positivo? (Parte 2)
Si se quiere ser demócrata respetando las instituciones la respuesta es el canibalismo político, y si se quiere tener gobernabilidad, también se es caníbal con destrucción de las instituciones y persecución a todos los opositores con todas las herramientas del Estado. Esta es la lección de los últimos 20 años.
(...) lo que el presupuesto ha ejecutado, frente a lo que ha pagado, tiene un “hueco” de enorme magnitud.
El problema es que el milagro de la curación del paralítico no se da para una sociedad entera. Y por ende, frente a lo que estamos viviendo, los ecuatorianos nos preguntamos ¿cuál es la salida?
Mientras todo el sainete ocurre, el Estado entrega alrededor de 9.000 millones de dólares en los subsidios a los combustibles, al aporte a los fondos de jubilación del Iess, del Issfa y del Isspol, y los recursos al bono de la pobreza. Ese monstruo construido por los políticos, la demagogia y el populismo, esa salvaje cantidad de recursos es un grito poderoso al Ecuador: “Húndete, no camines, destrúyete”.
En este año, la caja fiscal ha generado atrasos de pagos por casi mil millones de dólares en el primer trimestre del año. Es decir, lo que el presupuesto ha ejecutado, frente a lo que ha pagado, tiene un “hueco” de enorme magnitud.
Muchos problemas estructurales gravísimos siguen intocados: tasas de interés, leyes laborales, fondos de pensiones, falta de inversión, penuria fiscal, postergación de la minería, entre muchos. Y no se ve en el horizonte la voz milagrosa que diga: “Ecuador, levántate y anda”. (O)