Bip. Bip. Bip. Con los últimos mililitros de oxígeno que le quedan al actual Gobierno ecuatoriano, la ministra de Educación promueve una reforma educativa que regresa al país en el tiempo como fórmula para la resolución de problemas. Bip. Bip. Bip. Los años no han pasado en vano, y algo se debió aprender desde el advenimiento de Michael Jackson, pero el ministerio prefiere revivir a un muerto.

Por un lado, imagino que para corregir la perversión de arrastrar falencias que se deberían solventar con más anticipación durante el año escolar, se vuelve al uso de trimestres. Hasta ahora, desde la última reforma comprensiva, se debe esperar al final del quinquemestre para las pruebas sumativas que dan cuenta de lo que los estudiantes han aprendido en ese periodo. El cambio va de la mano de la eliminación de las pruebas remediales y de gracia, que solo suponían un egreso hospitalario sin alta médica, con el estudiante rogando por su suerte sin haber reunido los conocimientos necesarios para aprobar el grado.

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Por otro lado, a manera de nutrir con solución intravenosa a un paciente comatoso, se ha recurrido en estos días a convocatorias a consultorías para la elaboración de “currículos basados en competencias”, una frase que evoca el antiguo discurso educativo en Ecuador y solo alarga la lenta agonía de su inoperancia educativa.

Bip. Bip. Bip. Le toman la presión al paciente, no pueden hacer más porque el hospital casi no hace confirmaciones de diagnóstico por laboratorio y no saben qué tiene. Le recetan paracetamol como remedio paliativo porque no hay otro medicamento disponible para atacar la enfermedad.

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Aunque la actualización de contenidos en el currículo pueda ser necesaria, hay evidencia a diario de que ninguna reforma en este sentido, aun con un alto gasto del Estado, es la solución a nuestros problemas. Además, a cada consultor encargado de crear un nuevo currículo para una materia, con las estrategias de transición al nuevo currículo y las orientaciones pedagógicas para 13 grados (de inicial a bachillerato), le ofrecen $ 2.282 con entrega en tres meses.

En el caso de deporte y vida saludable, ante la falta de canchas e insumos, y profesionales capacitados contratados, pagar cualquier valor equivale a botar la plata. Pero este es el país donde el ministro de Deportes, Sebastián Palacios, avaló la publicación de un libro para colorear como herramienta para promover el deporte, y el presidente, Guillermo Lasso, bajó los impuestos a cigarrillos y alimentos nocivos para la salud en contradicción con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Acojo con entusiasmo que finalmente se vaya a impartir educación financiera, pero los requisitos para los consultores son un mínimo de dos años de experiencia y 40 horas de capacitación. Lo máximo que conseguirán es un contador elemental que como mucho sabrá declaraciones al Servicio de Rentas Internas o un curriculista que ni sus finanzas maneja si necesita aceptar un sueldo tan paupérrimo.

Curemos nuestras penas con linimento olímpico a ver si se alivian. (O)