Tras el debate presidencial, varios de nuestros columnistas dieron su opinión de lo que vieron y qué resultado dejó el enfrentamiento televisado entre el presidente-candidato Daniel Noboa y la candidata Luisa González, en el primer día de la campaña de la segunda vuelta electoral, que se definirá el 13 de abril.

Alfredo Saltos Guale

Rebosó en expectativas el denominado segundo debate presidencial en una fecha que marcaba también el inicio de la corta campaña electoral, lo cual era una excelente oportunidad para difundir propuestas claramente diferenciadas, que es lo que le interesaba escuchar al pueblo ecuatoriano. Ambos debatientes se alejaron del objetivo y perdieron una magnífica ocasión para asegurar a sus votantes, conquistar a los indecisos y desestimular el ausentismo en los no obligados a sufragar.

Nada se dijo del área de mayor importancia para el convivir nacional, como es la agricultura, donde radica la posibilidad de lograr un cambio hacia el desarrollo nacional, presente en todos los ejes temáticos, desde la necesidad de restituir una educación agropecuaria y mejorar la enseñanza en la ruralidad, donde radica la mayor cantidad de ecuatorianos que no han decidido su preferencia, en evidente marginación. La dolarización tiene su garantía de existencia en la medida que aumenten las exportaciones y será desde lo agropecuario donde saldrían las cifras que no solo la apuntalen, sino que la sustenten a largo plazo, pero nada se dijo de ella, apenas una leve referencia sobre crédito, sin precisar ningún proyecto concreto de ejecución inmediata en que la gestión desde la primera magistratura es fundamental. Decepcionó que nada se haya mencionado sobre lo que hay que realizar para minimizar el impacto del cambio climático, peor de las medidas para resistirlo, que en lo agrícola son muchas.

De allí que el debate no tuvo un claro ganador, en cambio quedó la impresión que ambas candidaturas resultaron perdedoras. (O)

Roberto Aspiazu

El debate tuvo por ganador a Noboa porque supo mantener una mayor compostura que Luisa tendió a perder cada vez que ambos arrinconaron a su rival. El presidente-candidato fue más sutil al momento de poner en juego la ironía, que es un arma contundente en la política.

Cada eje temático fue una especie de asalto boxístico. En Educación, Salud y Seguridad Social, González cargó para remarcar el incumplimiento de las promesas presidenciales, mientras que Daniel defendió con credibilidad algunos logros alcanzados. En las otras tres temáticas de Criminalidad y seguridad, Economía y empleo, y Gobernabilidad, Noboa terminó de imponerse en el intercambio que incluyó algunos golpes bajos. Inevitablemente, las propuestas de campaña cedieron ante un duro cruce sobre la corrupción, la narcopolítica y la dolarización, donde la postulante del correísmo llevó las de perder.

La puya de los chats encriptados de la Liga Azul, donde Luisa usaba el alias de rana René mientras su jefe de Bélgica Ají con mote, curiosamente no fue objeto de un desmentido categórico. Esto, a pesar de la gravedad de la acusación de haber orquestado supuestamente a través del CPCCS el control de la Superintendencia de Bancos para facilitar el lavado de dinero.

González fue demasiado reiterativa en la frase: “Noboa, no nos mientas”, mientras este a su vez lo hizo espaciadamente con: “Luisa desdolariza”. De otra parte, el legitimar la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, al cierre, no fue un punto a favor. Faltan todavía tres semanas para ver si el debate cambió la tendencia del electorado. (O)

Nila Velázquez

El encuentro de los dos candidatos a la Presidencia de la República en el debate, convocado como obligatorio por el Consejo Nacional Electoral, despertó interés en muchos ciudadanos. Se dijo que serviría para que los ecuatorianos ejercieran el derecho del sufragio, con información de lo que sería el plan de gobierno de cada uno.

Sin embargo, durante 120 minutos, repartidos en bloques, no fue eso lo que vimos y oímos. Los temas fueron: educación, salud y seguridad social, criminalidad y seguridad, economía y empleo y, gobernabilidad. A los que se refirieron, ciertamente, pero más que para darnos a conocer su plan de trabajo, sirvió para criticar, señalar y culpar al otro de todo lo negativo en cada caso, el correísmo y el actual Gobierno. El futuro que deben construir no fue más allá de algunas menciones. Utilizaron el tiempo para destacar lo malo de cada uno, incluso con alusiones personales y familiares.

Mientras tanto, los ciudadanos esperábamos un planteamiento serio, profundo y posible de solución a los problemas del país que son muchos. Se mencionaron algunos, ciertamente, pero también hay que reconocer que el formato del programa tampoco lo permitía. No es posible plantear temas tan complejos y decisivos para la vida de los ecuatorianos en dos minutos o menos.

Quizás, la norma debe permitir a quien hace las veces de moderador llamar la atención de los debatientes para que se centren en los temas planteados. Si no es así, no se cumple el objetivo que, según dicen, es que los ciudadanos se acerquen a sufragar y lo hagan con información previa a depositar su voto en la urna. (O)

Gustavo Cortez Galecio

Una factoría de memes y reels.

Un debate estudiado y planificado para ser una factoría de reels y memes de redes sociales, más que para exponer con claridad las propuestas que requiere el Ecuador, fue lo que observamos durante dos horas, el domingo, 23 de marzo.

Evidentemente, las candidaturas decidieron pensar más en el posdebate, donde hacen de las suyas los troles y sus eficientes granjas dotadas de tecnología, que en una forma diáfana y directa de llegar con ideas a ese 8 % que no votó por ellos en primera vuelta y entre los que deben estar muchos nativos digitales.

En ese marco, vimos a una Luisa González que cada vez que hablaba empezaba con “No, Noboa, no” en la clara intención, (usada con éxito en el pasado por Guillermo Lasso contra Andrés Arauz) de volverlo hashtag y tendencia de redes, pero que esta vez encontró como réplica de Daniel Noboa el remoquete de ‘rana René’ que cerca del final ella aceptó al confirmar ser parte de unos muy polémicos chats de corrupción de sus coidearios. “Rana, pero no del cartel de los sapos”, expresó ella, generando un automeme.

Acusaciones mutuas de narcotráfico y, sobre todo, de ansias de desdolarizar la economía fueron el telón de fondo de un programa que, una vez más, desperdició la oportunidad de convencer a los indecisos y se convirtió en un vale todo, en el que la candidata de RC, que al llegar al set había proclamado una amplia mayoría suya en las encuestas, parecía urgida por sacar de casillas a su rival, parco como de costrumbre. Hasta el histórico “mírame a la cara” de Febres-Cordero a Borja, de 1984, intentó revivir ella, pero ahora sin mayor trascendencia. (O)

Memes del debate presidencial entre Luisa González y Daniel Noboa

Nelsa Curbelo

Puesta en escena.

La candidata mujer llegó vestida formal de blanco. Mensaje: este es un acto importante, solemne, que requiere tiempo y atención, soy honesta.

El candidato presidente, blue jean, camisa abierta. No tengo mucho tiempo para debates, estoy ocupado haciendo frente a las urgencias del país, pero estoy listo.

Las primeras palabras dieron la tónica LG: todo lo que diga (DN) es mentira. DN: no podemos volver al pasado.

En general, el que habla primero pone el tono de cómo va a transcurrir el debate, el que habla al final tiene oportunidad de cerrar con la última palabra, que puede definir el encuentro. Creo que algo así, fue lo que sucedió.

Un debate desgastante por ataques personales, en palabras y en gestos, de parte y parte, donde se tuteaban no como señal de cercanía y amistad, sino de superioridad y casi desprecio.

En lo que a mí respecta al afirmar LG, sin ambages, que va a reconocer al régimen de Maduro fue definidor.

Maduro perdió las elecciones, se convirtió en dictador, con millones de venezolanos desplazados que buscan trabajo y mejores días. Y sostiene que lo reconoce para después aplicar la política de deportaciones de Trump, extrema derecha, que ha generado un rechazo contundente. Sus muletillas fueron de presidentes de derecha, no mientas otra vez, (GL) mírame a la cara. (LFC)

En resumen, dos horas de ataques sobre todo personales que aportaron pocas propuestas concretas a problemas concretos, dejaron memes muy buenos y una buena dosis de violencia verbal que contribuirá a hacer aún más complejo el clima preelectoral. (O)

Mauricio Gándara Gallegos

Creo que el debate entre los candidatos rompió las barreras dictadas por el formato impuesto por el CNE, y se convirtió en una auténtica lucha de clases, en la que el poder económico ejercía, además, simultáneamente, el poder político. Rotas las barreras del formato, el debate se convirtió en un cuadrilátero en el que los candidatos se atacaron inmisericordemente en lo político y en lo personal, confundido con lo político. La candidata opositora atacaba directamente a la actuación presente del candidato presidente, y este contraatacaba al sector político de la opositora. Así la opositora señalaba las actuaciones, contratos, del gobierno, y el presidente anotaba cosas un poco más lejanas, como lo que ocurre en Venezuela: la opositora preguntó si el presidente piensa pagar los impuestos de su grupo familiar, a lo que la respuesta fue No, y, a su vez, el presidente le preguntó a su rival, si ella lo indultaría a Glas, y la respuesta fue No. (O)

Miguel Rivadeneira Vallejo

Un debate no gana el que más acusa o insulta, incluso con cinismo y metiendo a la familia, sino el que más convence a la gente con sus propuestas concretas y cómo piensa resolver y financiar las propuestas.

Todo debate debe ser útil para esclarecer posiciones, planes y programas de gobierno. En el caso del debate presidencial de este domingo, más allá de la confrontación y acusaciones mutuas, el presidente candidato logró sacar de la candidata de la RC una posición clara que había dubitado antes: señaló que sí reconocerá a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Con ello cayó en una contradicción cuando al final dijo que, de llegar al poder, respetará las libertades, precisamente cuando admira y reconoce a la dictadura de Venezuela, que irrespeta todos los derechos y las libertades y los DD. HH. Esto puede asustar aún más en el exterior y generar mayor incertidumbre en los regímenes democráticos no solo de América Latina sino de Europa y del mundo.

¿Cuánto contribuyó el debate? Poco en los temas de fondo. Poco aporte efectivo para la gente sobre los grandes problemas que vive el país, en un debate en el que la candidata presidencial inició atacando y provocando al candidato presidente, desesperada, y empezó duramente a cuestionarlo, con frases repetidas, sin originalidad, como tildarlo que no mienta otra vez, en alusión a lo que usó el expresidente Guillermo Laso en contra del candidato de la RC que perdió en la segunda vuelta presidencial.

Y el presidente candidato respondió también duramente al acusarla con un tema muy sensible: Luisa desdolariza y que incluirán los ecuadólares en la economía ecuatoriana, que asusta en el país, a partir de declaraciones de asambleístas coidearias de la candidata, al hablar de la dolarización a la ecuatoriana.

¿Cómo van a arreglar los problemas estructurales de fondo de la educación, salud, seguridad social, seguridad ciudadana, economía, gobernabilidad? Temas que seguirán flotando en el país. (O)

Alfonso Reece Dousdebés

Los muppets y la política.

El modelo de “debate” por el que han optado las autoridades electorales nacionales es en extremo acartonado y rígido. Tanto que la figura del moderador resulta sobrando, pues se limita a leer tarjetas con las preguntas y a señalar los tiempos del que disponen los candidatos para intervenir. Tal como están, estos eventos parecen concursos estudiantiles, hay que saber, si es posible de memoria, la respuesta “correcta”.

Por eso tienen tanto impacto los efectos verbales, las ingeniosidades y las bromas, porque el resto parece mecánico. ¿Quién se acuerda del debate de Lasso y Arauz en 2021, más allá del “Andrés, no mientas otra vez”? González se acordó y usó esa misma frase, pero al no rimar con los nombres del presidente, el ovillejo perdió gracia. También recurrió Luisa al “míreme a los ojos”, del debate de 1984, pero ella no es Febres- Cordero, por supuesto. ¿No había en su equipo alguien que proponga ideas originales? Recurrir a un asunto familiar del presidente fue un recurso desesperado. Noboa, más aplomado, ya había conseguido descolocarla con el estribillo de “la rana René”.

Con todo, a la candidata correísta se le salieron un par de perlas, que demuestran cuál es su ideología. Una, al insistir en su afirmación de que Noboa no conoce de administración pública, puso en evidencia que comparte el pensamiento de todos los socialistas, para quienes la política debe reducirse a una carrera burocrática. Y otra, que en las universidades privadas se venden los títulos, grave acusación que delató que está impregnada de la histórica desconfianza de la izquierda hacia los sectores no estatales. Con este tipo de ideas ya sabemos cuál es el país que propone la RC5. (O)