Informaciones recientes del Banco Central sobre el comportamiento de la economía señalan su decrecimiento ocurrido en el segundo trimestre del presente año con tenue tendencia a mejorar, apareciendo invisibilizadas las cifras asignadas a la agricultura, ganadería y silvicultura, reflejando con sorpresa la nula contribución del sector al crecimiento nacional, mientras no existe duda de su real trascendencia en la generación de trabajo y su aporte decisivo a las exportaciones, además que su vibrante accionar empuja a otros sectores productivos. Es preocupante, por tanto, el estancamiento agrario, es una fehaciente demostración de que los programas estatales no han sido eficaces, ni tampoco los que la actividad privada impulsa o secunda, aun sin sustituir la inoperancia estatal.

‘Ecuador tiene los suficientes alimentos para la población, pero se debe trabajar en el acceso’, dice delegada de la FAO

Abona a este hecho la inexistencia de un liderazgo gremial preponderante, los antiguos dirigentes otrora luchadores tenaces por avances concretos con propuestas realizables se acogieron al retiro o ya no están, ni han sido reemplazados por mejores o iguales, las cámaras y centros agrícolas cantonales están sumergidos en el anonimato, como si no existieran, con contadas excepciones como las organizaciones de la provincia de El Oro y unas cuantas ganaderas de la Sierra. Resaltan, en cambio, los bananeros en constante ebullición por reivindicaciones sociales y económicas, exigiendo mejores tratos a compradores internacionales en busca de ajustes de precios estáticos por años, postura ejemplar llevada adelante en foros internacionales que pronto dará sus frutos para beneficio del país en su conjunto.

Economía ecuatoriana decreció 2,2 % en el segundo trimestre de 2024

La ausencia de conductores gremiales agrícolas combativos se evidencia en la nula atención que despiertan, ni siquiera son convocados a la discusión de los problemas nacionales, tanto que de toda las cámaras productivas, las agrícolas y ganaderas son las únicas que no expresan sus criterios respecto del grave déficit de energía eléctrica cuando los apagones son causantes de enormes pérdidas en el procesamiento de banano y plátano, en el riego artificial, en varias labores vinculadas con la ganadería en todas sus manifestaciones, en la avicultura, en lechería, en el almacenamiento refrigerado de alimentos, en las fases logísticas hasta colocar los productos en el mercado o en los puertos de embarque. Hay que entender que los procesos agroproductivos y agroindustriales no se pueden detener por ninguna circunstancia, como no se podría pedir a las plantas cultivadas que paralicen su ciclo de crecimiento o que lo hagan con intermitencias al compás de los desesperantes apagones.

El campo ecuatoriano es garantía de provisión alimentaria e irremplazable en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (OSD), especialmente del número 2, Hambre cero, siendo la única vía para lograrlo, aun cuando no alcanzará la meta establecida para el 2030, con respeto ambiental, mitigación al cambio climático y creando condiciones de resistencia a sus impactos. Ecuador es autosuficiente; pero, 2,5 millones de personas padecen de inseguridad nutritiva, lo cual “significa que no tiene alimentos en cantidad y calidad suficientes, todos los días”. (O)