Como era de esperarse el país no podía estar ausente de las innovaciones tecnológicas con aplicación práctica, tal es el caso del uso de drones o vehículos aéreos no tripulados apoyados en inteligencia artificial que han permitido que la Pontificia Universidad Católica de Quito haya emprendido en la siembra masiva de semillas arbóreas dentro de un proyecto denominado “Un Millón de Árboles”, que aspira a rescatar áreas deforestadas por el ser humano, unas rezagos de incendios provocados y otras con suelos degradados, recuperadas de una manera rápida y segura en comparación con labores manuales con pequeñas plantitas o plántulas, tanto que un obrero podría plantar 1.500 semillas en 15 minutos, mientras en el sistema de colocación directa a mano le tomaría una hora con un rendimiento de 15 a 30 plantas.

Rezagados en biotecnología agrícola

El sistema es ideal para frenar la deforestación que avanza incontenible a una velocidad de 4,7 millones de hectáreas en el último año en el mundo, registrando Ecuador una cifra cercana a las 90.000 hectáreas en el mismo tiempo, superior a otros países de mayor superficie en igual lapso. Con este mecanismo se pretende revertir la dolorosa tragedia, recuperando lo perdido con nuevas siembras localizadas previo estudio georreferenciado utilizando el mismo dron, que a su vez monitorea las áreas sembradas para determinar el éxito del prendimiento en suelo descubierto. Con los drones es posible cubrir zonas escarpadas o pendientes pronunciadas, donde el acceso humano se torna complicado.

Debemos reiterar que en todo el proceso de siembra impera la utilización de inteligencia artificial.

Un estudio de LaFore T sobre el exterminio de los bosques tropicales ha alertado al país al revelar que en 26 años se ha perdido, en promedio, el 39,4 % del bosque tropical ecuatoriano, siendo el área más afectada la provincia de Esmeraldas, al noroccidente del país, donde está una parte del Chocó andino, esfumándose el 15,13 %, presumiéndose que lo mismo ha acontecido en las provincias amazónicas de Napo, Orellana y Pastaza para un total de dos millones de hectáreas equivalente al 8,4 % del territorio nacional.

¿Hasta cuándo duraría la bonanza cacaotera?

El proyecto, dentro de un prolijo protocolo, implica que las semillas no se lanzan al azar, sino que previamente se ha realizado una identificación, también con drones, de los lugares que técnicamente serían los más recomendados, utilizando teledetección, que señalan las mejores condiciones climáticas y topográficas del sitio donde se depositarán las semillas, distribuidas solo en los lugares más apropiados. Por otro lado, los materiales de siembra también se seleccionan y, lo que es más significativo, se preparan revistiéndolas o encapsulándolas con una capa de arcilla suave para su protección, luego la misma semilla al geminar la perfora con sus propios elementos antes de su emergencia al medioambiente. Debemos reiterar que en todo el proceso de siembra impera la utilización de inteligencia artificial.

Congreso Internacional de Ingeniería Industrial

Lo expuesto, y otros relacionados con innovación tecnológica agropecuaria, será uno de los temas por desarrollar en el segundo congreso internacional que ha organizado la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad de Guayaquil a partir del 28 de mayo, en el acápite de Sostenibilidad de la Agroindustria. (O)