El Servicio de Rentas Internas (SRI) baja la autoestima de los “provincianos”. Lo hace publicando cifras de recaudaciones por territorio que desvalorizan su verdadero aporte al erario nacional. Esto, a pesar de las advertencias, desde esta columna, de tal subestimación.

En abril 2005, hubo un foro sobre autonomías al que asistieron unas mil personas. Los expositores fueron el expresidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña (España), Jordi Pujol; los entonces alcaldes de Quito, Paco Moncayo, y de Guayaquil, Jaime Nebot, y yo. Hasta ese día, el SRI asignaba toda la recaudación aduanera a Guayaquil tan solo porque, como puerto, era el lugar de recaudación. En mi turno expuse al foro muchas cifras, entre ellas el real desglose territorial de los tributos aduaneros, gracias al RUC de cada importación que extraje de una base de datos de la Corpei. Entre el público estuvo el director del SRI y al poco tiempo dejaron de asignar la recaudación aduanera a Guayaquil: la pusieron según el origen del comprador (importador), con lo cual el accidente geográfico portuario dio paso a un significado económico más real.

Pero el SRI no hizo lo mismo con los otros impuestos: el IVA no ligado a importaciones lo siguieron publicando por vendedor, hasta ahora. Esto ha hecho que algunos políticos (ej., Yunda en carta a este Diario) y algunos tuiteros de la capital se pavoneen por aportaciones que salen del bolsillo de otros y graznen por un aporte irreal.

El tema no se queda en vanidades, pues el Banco Central produce las cuentas nacionales usando la información del SRI; y el PIB (VAB) cantonal y provincial son afectados por esta distorsión. En 2018, tecnócratas del Ministerio de Finanzas decidieron calcular las asignaciones del COOTAD bajando la importancia de la población a 5 % y subiendo la del “esfuerzo fiscal” a 25 %, con lo cual la asignación de Quito ganó $ 10 MM que disminuyeron en Guayaquil. Me quejé al alcalde de entonces y Nebot consiguió (en Acuerdo Ministerial) la devolución, no solo para Guayaquil, sino para muchos cantones del país.

Notando que los directivos del SRI (por fin) provenían de Guayaquil, en julio 2022 visité al director regional y le pedí que produzca la información que rectifique el origen territorial del esfuerzo fiscal y, al cabo de 14 largos meses, el SRI acaba de publicar un “Estudio preliminar” en el cual, luego de décadas de registros equivocados, calculan la aportación fiscal provincial ya no por domicilio del recaudador, sino por lugar del hecho económico generador, o sea, de quien paga el impuesto. Y, tal como era de esperarse, por el accidente administrativo de la capital, Pichincha resultó ser la provincia que más disminuye al rectificar las aportaciones, las cuales en 2022 resultan ser $ 1.553 MM menos que las cifras clásicas del propio SRI.

Ojalá que, antes de terminar sus funciones, institucionalicen el cambio y las aportaciones se calculen ahora por contribuyente real.

La publicación del SRI es un buen primer paso para preparar reformas tributarias que apunten a la sana aspiración de manejar de forma autónoma, y hasta federal, los tributos que aportamos. (O)