El Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) continúa registrando los datos obtenidos en el censo más reciente de Ecuador, desarrollado en el 2022, y en los indicadores de extranjeros en el país se observa que uno de cada diez no tiene cédula, pasaporte, visa o documento alguno de extranjería. En total son 47.926 en esa condición.
El dato debe preocupar a las autoridades locales porque serán personas de las que no se tienen registros concretos e incumplen con las obligaciones que las leyes ecuatorianas disponen. Los ciudadanos sin papeles también tienen que inquietarse porque eso les restringe oportunidades.
En el caso de niños de entre 5 y 9 años, son 7.538 extranjeros sin documento alguno. Esto implica que la inscripción escolar, por ejemplo, sea complicada. Por el lado de adultos la posibilidad de un empleo es nula sin documentos.
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Los extranjeros están obligados a registrar el ingreso y salida del país en los controles migratorios. Portar documentos de identidad y viaje, de acuerdo a su condición: turista, refugiado, residente, estudiante, etc., es imperativo.
El Gobierno ecuatoriano facilita o debe facilitar los procesos de regulación migratoria, por lo que no se justifica que existan actualmente casi 50.000 extranjeros sin documentos en el país.
En medio de un conflicto armado interno es grave ser indocumentado. La deportación es inminente en el caso de detención sin inicio de trámite regulatorio.
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Sin importar la nacionalidad, urge la regulación, que, además, tiene efectos económicos porque tal como los ecuatorianos, los extranjeros tienen obligaciones tributarias, laborales y sociales, según el ordenamiento jurídico local.
Ecuador es un país hospitalario, de brazos abiertos y lo menos que pueden hacer quienes se interesen por este territorio es regularizar su situación por el bienestar de todos. Al menos el 57 % de los migrantes sin documentación alguna están en Guayas, Pichincha y Manabí. Hay que hacer esfuerzos para cambiar esta realidad. (O)
