Imitar lo bueno, adaptarse y mejorar es una buena práctica en todos los campos, y en el educativo los resultados son evidentes. Esta semana la consultora Quacquarelli Symonds (QS) publicó la lista de las mejores universidades del mundo 2026. En el ranking de mil instituciones aparecen tres ecuatorianas.
La Universidad San Francisco de Quito USFQ, Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y Universidad Espíritu Santo (UEES) forman parte de este grupo representativo de calidad. El no aparecer en la nómina no significa que los estudiantes tengan menores oportunidades o que estén recibiendo un mal pénsum.
Esto debe verse como una oportunidad para que las autoridades de educación superior y los directivos de los centros públicos y privados revisen las áreas que se deben ajustar para subir en el ranking. De hecho, si se amplía el rango a 1.500, aparecen también la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), la Universidad de las Américas Ecuador y la Escuela Politécnica Nacional.
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La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), que por mandato legal ejerce la rectoría de la política pública en los ámbitos de la educación superior, ciencia, tecnología e innovación, es la llamada a velar por las prácticas que eleven la calidad de las universidades. Es pertinente aprovechar el ranking para revisar junto con el sector público y privado los parámetros que se consideran en la calificación y contagiarse de las buenas prácticas que ya aplican universidades del país.
En la clasificación de mejores universidades se califica investigación y descubrimiento, experiencia de aprendizaje, empleabilidad, compromiso global y sostenibilidad. Los parámetros evaluados no son un misterio, así que depende de decisión, lineamientos y gestiones para que en el futuro más instituciones de educación superior puedan aparecer en la exclusiva lista. La Senescyt es un actor importante en la regulación y supervisión. Sería motivante que entren al ranking más entes públicos locales. (O)