El tiempo es inexorable y su paso deja a las personas diferentes huellas. Los adultos mayores dieron su aporte, trabajo y esfuerzo en la juventud, pero cuando llega su otoño son vistos, en muchos casos, como una carga e incluso en las calles del Ecuador no es extraño ver deambular a ancianos.

Los familiares de estas personas deben conocer que el abandono es un delito y que, como todos los ciudadanos, los adultos mayores tienen derechos. Incluso en el país legalmente está establecida una pensión para su cuidado.

En el 2019 se dictó la Ley del adulto mayor, que contempla una pensión para ofrecerles una vida digna. El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) estableció una tabla de pensiones mínima, de acuerdo con su estado y necesidades.

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La pensión se impone en función de los ingresos del alimentante y las necesidades por estado de salud del adulto mayor.

Arranca en el 20,33 % por adulto mayor cuando el ingreso va de 0 a 445,55 dólares; desde 460 hasta 570,40 dólares, el 24,37 %; desde 570,41 hasta 814,20 dólares, 26,80 %; desde 814,21 hasta 1030,40, 29,26 %; desde 1030,41 hasta 1421,40, 31,28 % y desde 1421,41 en adelante, 36,99 %. Los valores varían cuando se trata de dos personas y la atención especial que pueda requerir.

El tema económico es importante, pero lo ideal es que los familiares de un adulto mayor lleguen a acuerdos sobre su cuidado y manutención sin llegar a procesos legales que incluso pueden afectar emocionalmente a la persona en cuestión.

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En Ecuador el abandono de un adulto mayor se sanciona con una pena de uno a tres años de cárcel y hasta con 19 años de prisión en caso de que la persona fallezca por la falta de cuidados, anota el COIP. En materia de ayuda social hay bonos para personas de más de 65 años que no tienen seguridad social y son vulnerables.

Existe legislación, lo que falta es que se apliquen las normas y se difundan para no convertir en víctimas de desatención a adultos mayores que ya dieron su aporte productivo a la familia y al país. (O)