Desde este 3 de agosto hasta el 17 de este mismo mes las organizaciones políticas nacionales y provinciales están obligadas a efectuar procesos de democracia interna para definir a sus candidatos de las elecciones generales del 2025, en las que se escogerá al binomio presidencial, a los legisladores nacionales, provinciales y del exterior, y a los parlamentarios andinos, según el calendario electoral vigente.

El Código de la Democracia establece algunos mecanismos para esta selección; están las elecciones primarias entre varios precandidatos (con padrones abiertos o cerrados) y las convenciones nacionales, en las cuales se prevé que sea la propia militancia la que nomine a sus representantes luego de un debate interno.

Plan político–electoral de las izquierdas aún no madura, pero se va formando una alianza entre el correísmo, Centro Democrático, RETO y el movimiento indígena

El fin de esta disposición es que los candidatos no sean designados “a dedo” por los líderes o los caudillos de estas organizaciones. Algo que, sin embargo, todavía ocurre en algunos casos, según admiten los propios dirigentes. Con ello, las llamadas primarias terminan siendo solo mascaradas.

Publicidad

La ley electoral no prohíbe a los ciudadanos independientes ser candidatos, pero sí es necesario que estén cobijados por alguna agrupación política. Pero en los últimos años se ha visto aparecer a candidatos sin partidos y, a su vez, a partidos que, por falta de cuadros, deben recurrir a figuras externas.

Unidad Popular prepara su ‘fórmula’ presidencial: Jorge Escala y Pacha Terán

Es deber de los partidos y movimientos ofrecerles a los ciudadanos opciones electorales que cumplan, por igual, con los requisitos legales formales (nacionalidad, edad o sitio de residencia) y con perfiles acordes a los cargos a los que aspiran (preparación y probidad, entre otros).

La ley exige, asimismo, que se observen cuotas para las candidaturas de mujeres y jóvenes, grupos que tradicionalmente han tenido pocos espacios en las agrupaciones políticas.

Publicidad

El Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene que seguir con atención estos procesos para evitar distorsiones en la definición de las listas y, por ende, en la vida democrática del país. (O)