La organización de las elecciones presidenciales y legislativas del 2025 incluye la posibilidad de darle una nueva oportunidad al voto telemático, que el 20 de agosto de 2023 fracasó por fallas del sistema.

Para las elecciones del año anterior, los ecuatorianos residentes en el exterior debían inscribirse a fin de acceder al voto virtual. Pero el día de los comicios el sistema dio problemas para el registro de voluntades y el Consejo Nacional Electoral (CNE) anuló lo actuado en las circunscripciones de Europa, Asia y Oceanía; Latinoamérica, el Caribe y África; y Canadá y Estados Unidos, y convocó a un nuevo proceso presencial solo para asambleístas.

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La Contraloría General del Estado detalló la semana anterior una serie de posibles actos irregulares desde la elaboración del contrato, presupuesto referencial y otros aspectos sobre la falla del voto telemático 2023. La empresa contratada para el servicio, Antroproyectos S. C., reportó entonces que la plataforma fue objeto de ataques de ciberseguridad.

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La implementación del voto telemático para el 2025 está en debate reservado. La tecnología es una herramienta que facilita los procesos y en el ejercicio de la democracia no es la excepción.

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En democracias como México, El Salvador y Estonia ha funcionado, pero antes de decantarse por un proceso telemático Ecuador debe tomar todas las previsiones, tanto en el ejercicio de la contratación como en la probidad del sistema, porque están en juego una inversión económica y el derecho al sufragio.

El CNE está obligado a privilegiar el derecho constitucional de elegir que tienen los ecuatorianos y es preponderante que garantice el proceso de contratación.

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La votación telemática es efectiva porque los electores en el exterior, que no viven en capitales o en ciudades donde no se asienta una representación diplomática, pueden sufragar sin movilizarse, pero el organismo electoral tiene el deber de proteger la voluntad soberana de los ecuatorianos y sus recursos, solo así podrá volver a plantear la metodología virtual. (O)