Una justicia eficaz y oportuna garantiza el orden y la paz en una sociedad. De ahí la importancia de contar con jueces, fiscales, defensores públicos y más funcionarios probos y sintonizados con las urgencias de la ciudadanía.
En los últimos meses, la confianza de la gente en la Función Judicial se ha visto mermada por la vinculación de algunos servidores judiciales en los casos de delincuencia organizada Metástasis, Purga y Plaga. Recientes encuestas hablan de apenas un 10,7 % de credibilidad en los jueces. Algo que abonó a la ya deteriorada imagen que tenía por las denuncias de injerencia política en sus fallos.
¿Aceptaremos jueces designados así?
Mario Godoy Naranjo llega en ese contexto a la presidencia del Consejo de la Judicatura (CJ), máximo organismo de control administrativo y disciplinario de la justicia. Más allá de la polémica que surgió alrededor de su designación, Godoy carga sobre sus hombros el peso de devolverle al país la certeza de que sí es posible acceder a esa justicia eficaz y oportuna, libre de manipulaciones políticas.
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Él mismo le ha ofrecido al pleno de la Corte Nacional de Justicia, el órgano que lo nominó, trabajar en ese sentido. Esto lo logrará solo si actúa de manera transparente y apegado a la Constitución y las leyes ecuatorianas, y no a simpatías partidistas o ideológicas.
El éxito profesional del abogado
En la Judicatura hay, además, algunas cuestiones administrativas ya en curso que no deberían estancarse para no afectar los servicios a la gente. Entre ellas, el concurso de selección de jueces nacionales y del banco de elegibles, las investigaciones internas a servidores acusados de corrupción y la elaboración de un Código de Ética, así como la implementación de las judicaturas especializadas en garantías constitucionales que se aprobaron en la consulta popular de abril, y el fortalecimiento de la cooperación internacional.
La ciudadanía debe también involucrarse en esa tarea de levantar la imagen de la justicia, no solo exigiendo a la Judicatura un trabajo eficiente, sino dejando de ser parte de la corrupción en sus servicios. (O)
