En Tailandia los insectos son considerados un “plato de pobre” que se come en el campo, pero de a poco se están abriendo camino hacia los restaurantes de moda. “Acabo de comerme unas vieiras con gusanos de bambú y un filete de pescado con salsa de huevos de hormiga. ¡Delicioso!”, cuenta Ratta Bussakornnun, una joven que trabaja en la cosmética.