“Lo que más disfruté cuando salí de CNN es que mi teléfono dejara de sonar tanto”: Ismael Cala emocionó a los guayaquileños con anécdotas y meditaciones en una conferencia

¿Cómo es una conferencia de Ismael Cala? Seguramente fue la pregunta que muchos no se atrevieron a hacer en voz alta, pero rondaba por sus mentes cuando asistieron al nutrido evento Marca con propósito, que organizó el quiropráctico y mentor de quiropraxia neural José Alberto Hidalgo.

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El comunicador cubano, convertido en autor de desarrollo personal y conferencista luego de trabajar por quince años en CNN en español, fue el invitado de honor al encuentro que reunió a cientos de emprendedores, empresarios y entusiastas por desarrollar y nutrir sus marcas personales. Por ese efecto se reunieron ayer viernes 1 de septiembre en el hotel Sheraton de Guayaquil, donde tuvo lugar el evento, desde las 09:30 hasta finalizar la tarde.

La intervención de Cala se sintió como una de las más esperadas, en especial cuando irrumpió el salón de la conferencia desde una de las puertas de ingreso (no salió desde la tarima de las ponencias, como el resto de expositores). Aparició a las 15:15, luciendo todo de negro, con efectos de sonido, juegos de luces y por supuesto los retumbantes aplausos de los asistentes, que lo recibieron entre apretones de mano y abrazos, como el rock star de las conferencias.

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Así fue la aparición del periodista de 53 años para su primera charla, de tres. Una vez que se posicionó en el escenario, Cala aprovechó el espacio para agradecer la invitación y antes de entrar en materia desarrolló varias dinámicas con el público, que cumplieron al pie de la letra. Primero les pidió bailar, para activarse, para soltarse. Luego les hizo jugar a los presentes un juego de preguntas y respuestas para romper el hielo entre ellos. Quizás muy pocos se esperaban este tipo de interacciones, pero todos cumplieron con mucho gusto y hasta risas.

Para ilustrar los conceptos de su primera exposición, titulada El valor de la singularidad, donde abordó la importancia de construir marca personal, Cala echó mano a sus múltiples anécdotas laborales.

Al hablar de marca, el autor se refirió a los términos memorabilidad, autenticidad, relevancia, consistencia y adaptabilidad (un acróstico intencionado con las iniciales de marca). Hizo hincapié en la autenticidad y la singularidad, como dice el título, y admitió que a pesar de su reconocida carrera como entrevistador, en sus inicios Cala copiaba el estilo de otro comunicador, porque es muy común en lo profesional imitar a los mentores, dijo, y él no fue la excepción.

“Cuando inicié mi carrera a los 23 años, en esa época imitaba a Franco Carbón, locutor cubano. Yo no tenía autenticidad y la gente sabía, por eso me decían Carboncito”, contó entre sonrisas. A decir de Cala, tampoco es muy afín a los comparaciones que le hacen en los medios, donde le han llamado el siguiente John Maxwell (escritor de liderazgo) o el Larry King (periodista entrevistador) latino, porque siente que le resta autenticidad a su nombre.

“Agradezco que me digan que soy el Larry King latino, como lo puso el The New York Times en un artículo, porque él fue mi mentor. Pero no soy el Larry King latino, ni me interesa serlo, ya pasé esa etapa... luego me pasó con la asociación con Deepak Chopra, que a tiempo lo rescaté”, compartió el escritor, haciendo alusión a la colaboración que tuvo con el conferencista indio, cuando dobló sus populares meditaciones para el público hispano. “Empezaron a decirme el Chopra latino, pero yo no quiero serlo. Yo soy Ismael Cala e incluso hablamos de temas diferentes, yo tengo mis propias meditaciones”.

El proyecto con Chopra fue posible gracias a su red de networking, aunque en un principio, admitió, a la idea de hacer networking (práctica para crear y conseguir contactos profesionales) le tenía recelo. Le parecía eventos para crear “relaciones forzadas”. Pero ya no piensa de esa manera, reconoció, desde que tuvo una experiencia muy cálida de networking con uno de sus entrevistados, algo que no esperaba que sucediera por la imagen que tenía de esta persona.

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“Un nombre y un apellido que es una marca global, Carolina Herrera. Antes de entrevistarla, se me había hecho difícil humanizarla, sentí que iba a estar incómodo con ella, porque la veía tan impecable, tan impoluta, con su blusa blanca y su collar de perlas. Yo solo quería tener una conversación cálida con ella”, recordó Cala.

“Después de una hora de entrevista, ya Carolina se iba y le digo ‘gracias por estar aquí, ha sido un deleite, creo que ha sido una conversación entre amigos’. Y ella me dijo ‘cuando vayas a Nueva York, por favor permíteme recibirte en mi oficina de la Quinta avenida’. Yo le pregunté: ‘¿y a quién le escribo?’. Ella me dijo: ‘a mí, anota mi celular’. ¡Yo no lo podía creer!”. De acuerdo con el comunicador, no le escribió enseguida a la diseñadora de modas hasta después de tres o cuatro meses, “me daba vergüenza, me daba pena”. Alentado por sus colaboradores, finalmente contactó a Herrera y acordaron la prometida reunión.

“Quiero contarles esto, porque de una conversación salió la oportunidad de una amistad. Han pasado años y todo el tiempo escribo a Carolina y ella responde. Cuando vinieron los 50 años de la fundación de Ismael Cala, le dije ‘Carolina querrás poner una de tus cosas como objeto de subasta’. Con gusto, me respondió, y envió una cartera edición limitada sin costo alguno”.

Esta vivencia positiva le hizo valorar el networking con propósito genuino. “Cuando uno se enfoca en que su red de relaciones tiene que ser realmente auténtica, con personas que conectas en un nivel más profundo, que con un interés de buscar algo, inmediatamente todo se confabula. Es que nosotros no somos tontos y sabemos cuando alguien se acerca por interés”.

Igualmente trajo a la memoria otro recuerdo en ese sentido: “Una de las cosas que más disfruté cuando salí de CNN es que mi teléfono dejara de sonar tanto, de gente que no me interesaba. Fue un alivio enorme. Ese teléfono sonaba todos los días por gente que no quería ser amigo de Ismael Cala, solo le interesaba salir en el programa”.

La intervención de Ismael Cala, de aproximadamente una hora y media, culminó con una de sus meditaciones, que duró alrededor de 10 minutos e incluyó ejercicios de respiración. También fue una experiencia bienvenida por los concurrentes. (E)