La actriz italiana Marina Salvarezza recuerda que llegó a Ecuador en agosto de 1976, con la finalidad de participar en la inauguración de la escuela Valdivia, de propiedad de su cuñada. Pero en su visita también estaba la ilusión de conocer Latinoamérica y por supuesto Guayaquil, ciudad de donde es su esposo, Alberto García. Pero su estadía se extendió a más de 40 años, pues quedó flechada de la Perla del Pacífico y convenció a su esposo para quedarse a vivir aquí.