Todo el mundo quiere su parte del pastel, y algunos mucho más tratándose del ‘cake’ de bodas de la princesa Diana y Carlos, primero en la sucesión al trono británico: 40 años más tarde, este miércoles, una parte de ésta fue vendida en una subasta por 2.220 libras (más de 3.000 dólares).

Este gran trozo de unos 800 gr de peso había sido recuperado y congelado por una empleada de la reina madre, Moyra Smith, y era parte de una de las 23 tartas elaboradas para esta boda real, el 29 de julio de 1981.

Con el mazapán cubierto por un glaseado blanco, el trozo rematado se encuentra “ligeramente agrietado” y guardado en film de cocina transparente, y está adornado con una versión ‘azucarada’ del escudo de armas real, custodiado por un león y un caballo.

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“Quedamos sorprendidos por la cantidad de personas que querían pujar por este pedazo grande y único de la tarta real”, señaló a la AFP el subastador y especialista en objetos reales Chris Albury, quien confió que había recibido “consultas” desde “el Reino Unido, Estados Unidos y varios países de Oriente Medio”.

Este pedazo de pastel inicialmente estaba estimado entre 300 y 500 libras, y finalmente fue rematado por 1.850 libras, 2.220 impuestos incluidos, en el sitio de la casa de subastas Dominic Winter Auctioneers. Fue comprado por Gerry Laytonn, un coleccionista de Leeds (norte de Inglaterra).

“Considerando su tamaño, lo más probable es que provenga de un costado de un pastel o de la parte superior de uno de un piso”, señaló la casa de subastas, que ya había adjudicado una primera vez este lote por 1.000 libras en agosto de 2008, tras la muerte de Moyra Smith.

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Vendido junto al programa de la ceremonia de boda, un menú del desayuno conmemorativo y un plano de los asientos asignados para la recepción en el Palacio de Buckingham, la porción “parece encontrarse en las mismas condiciones exactas que cuando se remató originalmente”, afirmó la empresa. “Eso sí, ¡no recomendamos comerlo!”.

Carlos y Diana, príncipes de Gales, se divorciaron oficialmente en 1996, un año antes de la trágica muerte de ella en un accidente automovilístico en París a sus 36 años.

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La “princesa del pueblo” sigue siendo objeto de culto y sus pertenencias se venden regularmente en remates a precios de oro: un Ford Escort regalado por Carlos se subastó junio pasado por más de 60.000 euros y un triciclo de su infancia, en julio, por más de 20.000. (I)