Siempre me causa asombro ver en mi consulta tantos adolescentes con baja autoestima. Me pregunto cómo, con tantas cualidades visibles, con una imagen tan fresca y atractiva y con tantos valores por descubrirse, ellos se sienten menos, muy inseguros, desconfiados en la interacción social y temerosos de buscar proactivamente situaciones y relaciones favorables para su vida.