Aunque muchas veces no reparemos en ello, cuando nace un bebé, también nacemos como mamá, y ese tránsito que a veces parece asemejarse a la locura, como lo describe la escritora argentina Laura Gutman en su libro Maternidad y el encuentro con la propia sombra, también despierta en nosotras otros sentimientos que antes no habíamos experimentado. Uno de los principales: la culpa como una constante en el ejercicio materno. Nace un bebé, nace una madre… y nace la culpa.