La disminución en el deseo de casarse o comprometerse entre los jóvenes de hoy en día es un fenómeno complejo con múltiples causas y consecuencias. Un análisis detallado de las causas:

1. Cambio en prioridades personales. Muchos jóvenes priorizan su educación y carrera profesional antes de pensar en el matrimonio. La búsqueda de estabilidad económica y logros personales puede retrasar el compromiso. Hay un creciente énfasis en la independencia y el autodescubrimiento. Los jóvenes valoran la libertad y la flexibilidad que viene con estar soltero.

2. Cambio en valores culturales. La cultura moderna, especialmente en sociedades occidentales, valora más el individualismo y la realización personal que los compromisos tradicionales. La presión social para casarse ha disminuido, permitiendo a los jóvenes tomar decisiones más libres basadas en sus deseos y circunstancias personales.

3. Factores económicos. El aumento del costo de vida, incluida la vivienda y la educación, hace que muchos jóvenes se sientan financieramente inseguros para asumir las responsabilidades del matrimonio. La precariedad laboral y la incertidumbre económica pueden disuadir a los jóvenes de comprometerse a largo plazo. Las experiencias personales con el divorcio de los padres pueden hacer que los jóvenes sean más cautelosos y escépticos sobre el matrimonio. Relaciones previas difíciles o fallidas pueden llevar a una menor disposición a comprometerse nuevamente.

Consecuencias demográficas. Disminución en las tasas de matrimonio. Posible reducción en la tasa de natalidad, ya que muchas parejas deciden tener hijos más tarde o no tenerlos.

Consecuencias sociales. Mayor diversidad en las estructuras familiares, con un aumento en las familias monoparentales, parejas de hecho y personas solteras. Las redes de apoyo pueden cambiar, con amistades y comunidades tomando un rol más central en la vida de los jóvenes. Cambios en los patrones de consumo y ahorro, ya que los hogares de solteros o parejas sin hijos pueden tener diferentes necesidades económicas. Impacto en el mercado inmobiliario con una mayor demanda de viviendas más pequeñas y alquileres.

Aquí hay algunas estadísticas recientes sobre jóvenes de entre 30 y 40 años respecto al matrimonio:

  • Tasas de matrimonio: Según datos del Pew Research Center, las tasas de matrimonio han disminuido significativamente en las últimas décadas. En 2021, solo el 44 % de los adultos jóvenes en Estados Unidos estaban casados, en comparación con el 61 % en 1980.
  • Edad media al casarse: La edad media al primer matrimonio ha aumentado. En Estados Unidos, la edad media es de 30 años para los hombres y 28 años para las mujeres, según el U. S. Census Bureau.
  • Cohabitación: El número de parejas que cohabitan sin casarse ha aumentado. En 2021, el 15 % de los adultos jóvenes en Estados Unidos vivían con una pareja sin estar casados.

La visión actual sobre el matrimonio y el compromiso está en constante evolución. Hay una mayor aceptación de diversas formas de relaciones y estructuras familiares. El matrimonio ya no se ve como un objetivo obligatorio, sino como una opción entre muchas otras formas de vivir y relacionarse.

Además, la tecnología y las redes sociales han cambiado la forma en que las personas se conocen y se relacionan, lo que también influye en las dinámicas de compromiso. Las aplicaciones de citas y las redes sociales permiten una mayor exploración de opciones antes de establecerse, lo que puede llevar a una mayor deliberación y espera antes de comprometerse.

En resumen, la decisión de no casarse o comprometerse entre los jóvenes se debe a una combinación de cambios culturales, económicos y personales. Las consecuencias de estas tendencias son amplias y afectan tanto a la estructura familiar como a la economía y la demografía. (O)