Un hallazgo en el mundo de la gastronomía y la nutrición ha capturado la atención de expertos. Un estudio reciente, publicado en ACS Food Science & Technology, ha arrojado luz sobre el potencial nutritivo y culinario de las cáscaras de plátano, hasta ahora desechadas como simples residuos.

Investigadores han descubierto que mediante un proceso de blanqueo, secado, las cáscaras de plátano pueden transformarse en una harina versátil, capaz de enriquecer una variedad de productos horneados. Sorprendentemente, estas preparaciones no solo rivalizan en sabor con sus contrapartes convencionales a base de trigo, sino que también ofrecen beneficios adicionales para la salud.

El estudio reveló que la inclusión de harina de cáscara de plátano en productos horneados, como galletas, no solo aumenta su contenido de fibra, magnesio, potasio y antioxidantes, sino que también proporciona una alternativa sostenible y de bajo desperdicio. Alrededor del 40 por ciento del peso de un plátano reside en su cáscara, la cual suele desecharse, pero que ahora se presenta como una valiosa fuente de nutrientes.

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Aunque el proceso de incorporación de harina de cáscara de plátano no es sencillo, con resultados óptimos obtenidos al mantener un equilibrio adecuado en la composición, los investigadores especulan sobre su potencial aplicación en una amplia gama de productos horneados. Desde panes hasta pasteles, la harina de cáscara de plátano promete una mejora tanto en el valor nutricional como en la calidad sensorial de los alimentos.

Más allá de la repostería, chefs de renombre como Nigella Lawson han explorado el uso de cáscaras de plátano en platos salados, como curris, mientras que la comunidad vegana ha abrazado innovadoras preparaciones como el “tocino” de cáscara de plátano y el “cerdo” desmenuzado. (I)