“Nunca imaginé que la falta de vitamina D podía causarme tanto cansancio y otra afecciones”, afirma la psicóloga Natalia Pardo, quien pudo recuperarse y hoy es promotora para el consumo de esta vitamina y del debido cuidado de la salud.

“Me sentía extremadamente cansada. Era una fatiga que se apoderaba de mí”, cuenta en un video posteado en Instagram.

Dice que por el déficit de vitamina D un simple hecho se le hacía difícil: “Abrir y cerrar mis manos me dolía, me dolían las articulaciones”.

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Natalia Pardo, profesional de la psicología, señala que sufrió hasta de depresión y los cambios de estados de ánimo eran frecuentes.

Foto: Pexels/ SHVETS production

Su cabello se caía, narra en el video.

“Nunca imaginé que la falta de vitamina D me produjera esto ni que esta vitamina definiera tanto el funcionamiento de nuestro cuerpo, de todo el sistema (…) Menos (que pudiera pasar) a mí que entreno a diario bajo el Sol”. Pardo es exciclista profesional.

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Esta es la cantidad de vitamina D que debes consumir según tu edad

Natalia Pardo señala a quienes pueden sentirse identificados con algunos de estos síntomas que la vitamina D no es solo vitamina: “Es considerada una hormona tan potente que modula todo nuestro organismo, nuestro sistema inmunológico y nuestro balance hormonal”.

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Añade que la vitamina D es la encargada de absorber el calcio y el fósforo y que en el deporte “es súper importante mantenerla en control porque está asociada directamente al rendimiento deportivo”.

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Dónde hallar vitamina D

Pardo invita a la exposición al Sol, a conseguirla en ciertos alimentos o buscarla como suplemento.

Sobre el Sol, el endocrino Francisco Rosero dice: “Sal a tomar el Sol”. ¿Cuánto tiempo? “15 minutos al día, dejando la cara y antebrazos expuestos es la recomendación”.

El cuerpo, apunta Clínica Mayo, genera vitamina D cuando la luz solar directa convierte un químico en la piel en la forma activa de la vitamina (calciferol).

La vitamina D no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, pero puedes obtenerla de leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa, explica Clínica Mayo.

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Foto: Sebastian Coman Photography/Pexels

Hay más alimentos. Desde la Oficina de Suplementos Dietéticos de Estados Unidos (ODS) suman que el hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso contienen cantidades pequeñas de vitamina D.

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Los hongos, sostienen, aportan algo de vitamina D. (I)

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