Especies difíciles de observar y fotografiar como aves coloridas consideradas raras y en peligro de extinción son parte del abanico de dibujos de los ilustradores científicos y naturalistas Gonzalo Nazati y Glenda Pozo.

Ambos, de distintas formas, han puesto su talento al servicio de la concienciación ambiental y la generación de ciencia con sus ilustraciones que incluyen, en algunos casos, un trabajo de campo previo con fotografías de la especie que dibujarán y su entorno.

Gonzalo, un exestudiante de Biología de 27 años de edad, es parte del proyecto Entre Plumas y Colores de la Fundación de Conservación Jocotoco, en el que a través de Facebook Live divulgan las características de las aves que habitan en las reservas a cargo de la ONG, mientras él avanza sobre papel los bocetos de una especie.

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El último post fue sobre el cuco hormiguero bandeado (Neomorphus radiolosus) que está en la Reserva Canandé, en la provincia de Esmeraldas.

Se seleccionan para el audiovisual especies que se protegen “por el hecho de ser paraguas, es decir, al desarrollar proyectos de conservación de estas se abarca a otras, entonces es para todo el ecosistema”, asegura Gonzalo en la transmisión realizada el 7 de agosto pasado.

Gonzalo Nazati en uno de sus trabajos de campo. Foto: Cortesía

Los dibujos originales que realiza serán subastados al final del proyecto en una galería virtual para recaudar fondos en pro de la conservación.

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Gonzalo se recuerda haciendo trazos y dibujos de tiburones y dinosaurios desde que tenía 7 años, pero sus padres le cuentan que desde los 3 ya rayaba las paredes.

Una de las ilustraciones de Gonzalo Nazati. Foto: Cortesía

Así fue forjando este arte que lo ha llevado a estar en las áreas protegidas de las tres regiones del Ecuador continental, como en el 2017 cuando visitó un bosque privado en las inmediaciones de Tena, en Napo.

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Ahí, tras una caminata de tres horas en la selva, subió una colina para observar cómo una pareja de águilas arpía alimentaba a su pichón en el nido construido sobre un ceibo a unos 20 metros de altura.

“La hembra hizo un sonido y el macho llegó 15 minutos después con una presa que la madre despedazó para la cría. Fue una experiencia inolvidable plasmada en uno de mis dibujos”, rememora el ilustrador enfocado en la naturaleza.

Él recorre el bosque y con paciencia y en silencio espera el momento, bajo un mosquitero, cuando está en la selva. “Puede ser cuestión de segundos y (el objetivo) desaparece”, dice.

Las publicaciones en las redes sociales del proyecto se retomarán en septiembre próximo. “Mientras dibujo, un biólogo de la fundación cuenta las características de la especie, sus amenazas. Hasta ahora van seis capítulos y nos hemos enfocado en las que tienen una categoría de amenaza alta y son endémicas”, afirma.

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Glenda, por su parte, también ilustra para publicaciones científicas, lo que requiere la rigurosidad del caso.

La buscan cuando una especie recién descubierta es reacia a ser captada por la cámara, como una rata que caza peces, parte de la microfauna nacional recién identificada para la ciencia.

Glenda Pozo hace un trabajo previo en el hábitat de la especie que dibujará. Foto: Cortesía

“No la pudieron capturar ni fotografiar con vida, pero se analizó el ecosistema, su dieta, entonces bajo esos aspectos dibujé esta reconstrucción, en este caso sirve para conocer una especie que no es tan atractiva visualmente, existe la piel en un museo, pero eso no es tan llamativo para el ciudadano común”, asegura.

La ilustración naturalista, en cambio, agrega Glenda, ya no es tan estricta como la científica, pero al reflejar la naturaleza sirve como herramienta para llegar a las masas.

Entre las especies dibujadas por Glenda está la rata cangrejera de Pine, roedor descubierto en marzo último en el río Jubones, al sur del Ecuador, y que es endémico de la zona.

El albatros de Galápagos que afianza lazos de pareja, especie en peligro crítico de extinción debido a la pesca incidental, cuenta Glenda, o el búho terrestre o excavador, llamado así porque hace madrigueras en el suelo para refugiarse.

El albatros de Galápagos en uno de los dibujos de Glenda Pozo. Foto: Cortesía

“Esta última muestra el momento cuando un búho caza un roedor, cumpliendo así su rol de controlador de poblaciones de ratones en el bosque cerca al nuevo aeropuerto de Quito, en los valles secos”, afirma.

“La ilustración es un arma bien potente porque desde la antigüedad se usan el arte y los dibujos para comunicarnos. No se sabe si el arte rupestre fue incluso antes del lenguaje oral, en este caso queremos transmitir que estas especies son importantes para el ecosistema, entonces lo integral es dibujarla en su entorno”, dice la ilustradora. (I)