Una cooperación a nivel portuario, un comercio directo y reforzar los acuerdos con la academia son parte de los objetivos de la primera visita que realiza a Guayaquil la embajadora de Rumania, Camelia Ion-Radu, quien desde Lima maneja la representación de su país para Perú, Ecuador y Bolivia. Entre lunes y martes cumple una agenda de reuniones para impulsar la relación bilateral. Ecuador y Rumania cumplirán 55 años de relaciones diplomáticas en el 2023.

¿Con quiénes se reunirá y qué cooperación se busca?

Con la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, porque tenemos dos proyectos de cooperación. Primero, entre Guayaquil y la ciudad de Constanza, que también es el puerto más antiguo de Rumania y el cuarto puerto en la Unión Europea; en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, se ha vuelto estratégico porque es por donde salen los granos de Ucrania, trigo, por ejemplo, para poder exportarlos. Al presidente del Directorio del Puerto de Guayaquil le voy a proponer firmar este acuerdo, y si hay posibilidades de cooperación en temas de seguridad, control de la entrada de los productos... Quiero proponer un acuerdo de hermanamiento entre Guayaquil y Constanza. También ya existe, pero se puede fortalecer, la cooperación académica. La Espol tiene un proyecto de cooperación con el Instituto Rumano de Geología, que va a impulsar proyectos para traer fondos europeos en colaboración con Espol para los próximos años. Con Espol (se coopera) en geología, ecología: uno de los propósitos es combatir la erosión que produce el mar en las costas. Con la Universidad de Guayaquil, con la Facultad de Posgrado Antonio Parra Verlasco, en relaciones internacionales, política exterior, son temas que ahora nos preocupan a todos, y hay que formar buenos especialistas para la tranquilidad de nuestro futuro.

Publicidad

En la parte comercial, ¿qué se puede lograr?

Me voy a reunir con el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil para ver de qué manera se puede dinamizar el intercambio comercial. Existen productos ecuatorianos en Rumania, pero la mayoría no entra con base en una relación comercial directa entre los empresarios: entran a través de las grandes cadenas comerciales europeas, y luego los empresarios rumanos compran; a veces vienen con precios más altos. La idea es impulsar, encontrar la posibilidad de establecer un comercio directo, poner en contacto a los empresarios rumanos y ecuatorianos. Sería la manera de dinamizar el comercio bilateral y tener precios mejores.

Actualmente, ¿cuál es el intercambio comercial?

Publicidad

Es bastante bajo: quizá este año vamos a llegar a $ 25 millones, porque los productos que intercambiamos no tienen un valor muy alto, porque son productos de origen vegetal, por ejemplo; y, aunque las cantidades son grandes, el valor no es muy alto. Además, muchos productos no se contabilizan en nuestro intercambio bilateral: entran primero por otro puerto en Europa y nosotros compramos de ahí. Todo el intercambio se contabiliza en el país por donde entran.

¿Qué productos ecuatorianos tienen oportunidad de llegar directamente a Rumania?

Publicidad

Hay camarón ecuatoriano en Rumania; hay mango ecuatoriano, banana, rosas... Y prácticamente todos los productos de marca de Ecuador sí existen en Rumania, solo que hasta ahora la mayoría de estos productos llega por terceros. Hay que buscar también una vía directa.

¿Y cuáles son los principales productos que Rumania puede proveer?

Las exportaciones son más que todo industriales, pero también exportamos productos químicos, textiles, fertilizantes, servicios de tecnología... La tecnología de información y la digitalización son dos sectores muy importantes en Rumania; han recibido del Gobierno rumano un aporte muy importante, y eso les ha permitido desarrollarse tanto. Exportan servicios de gobierno digitales; ayudan a los Gobiernos centrales, regionales o locales en la digitalización de sus servicios; tenemos empresas que tienen contratos de este tipo en Europa, África, y ahora quieren también entrar en América Latina. Tenemos autos, buses eléctricos: es un producto muy competitivo. Tenemos una compañía mixta rumano-francesa que produce autos eléctricos; el Gobierno de Rumania impulsa mucho este proceso de transformación: una persona que quiere comprar un auto eléctrico recibe un bono de 10.000 euros, y Rumania es el país que más ha pasado hacia el transporte eléctrico en la Unión Europea. Las ventas de autos eléctricos en Rumania son 400 veces más altas que en otros países.

Con la guerra tan cerca, ¿qué efectos y lecciones deja esto?

Publicidad

La pandemia también fue una crisis muy grave. La guerra ha transformado a Europa y al mundo. Dos crisis, una después de otra, producen muchos problemas y sacuden un poco el equilibro, tanto político como comercial-económico. Pero, más que todo, hablamos de la destrucción de un país vecino al que le va a tomar como veinte años quizás reconstruirse, de muchas vidas perdidas. Rumania desde el primer momento ha abierto sus fronteras a Ucrania: hasta ahora han entrado en Rumania más de 2,6 millones de ucranianos (…).

¿Qué lecciones podemos aprender? Que tenemos que estar preparados para cualquier situación de crisis; que esta situación quizá se veía venir, pero no todos han creído que sería posible en el siglo XXI una nueva guerra de este tipo, y sí, parece que el ser humano todavía no ha evolucionado tanto, que tenemos que vigilar muy bien nuestra democracia y ayudar a los que nos necesitan.

Desde el punto de vista económico, Europa ha tenido que cambiar mucho, cambiar su matriz energética. Éramos dependientes, no Rumania, porque tenemos nuestro gas, nuestro petróleo, no importábamos casi nada, pero otros países europeos sí. Hemos tenido que cambiar en un solo año nuestra matriz energética, y hemos reducido la dependencia del gas ruso: de los 40 % en enero de 2022 pasamos a 7 %. Hemos buscado otros proveedores en otras partes del mundo; Perú incluso exporta gas a Europa. Sí, existe una crisis alimentaria y existe esta crisis energética. En América Latina la situación todavía es no muy crítica, pero en Europa los precios han subido mucho más. En Rumania la inflación ha llegado a 14 %, un país que tenía 1 % o 2 %.

¿El gas es una oportunidad?

Es cierto que para iniciar la explotación de un yacimiento los costos son altos, pero si el Estado ecuatoriano encuentra un socio, una compañía que tiene esos recursos y firma un buen contrato, entonces pueden iniciar mucho más rápido, porque ahora es un contexto donde la gente necesita gas. Podría ser una buena ocasión para Ecuador de exportar, de obtener unos buenos recursos para el presupuesto público. (I)